Uber: en San Pablo lo habilitan y acá analizan embargarlo
En el Gobierno porteño estudian medidas legales para interferir el circuito de dinero entre la app y los choferes.
Por decreto, la ciudad más grande de Sudamérica, con más de 11 millones de habitantes, reguló el funcionamiento de la aplicación Uber. El alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, le puso fin a una disputa que se venía dando en el terreno de la Justicia brasileña; y también en las calles, con protestas similares a las que se ven en Buenos Aires. Para operar en la ciudad con mayor concentración económica de ese país, Uber pagará una tasa municipal de 10 Reales por cada kilómetro
recorrido; los conductores deberán contar con registro profesional e informar al pasajero sus datos personales. Sin embargo, se colocó un cupo y fueron habilitados 5.000 vehículos.
Esta decisión del gobierno de San Pablo –actualmente Haddad está considerado el alcalde con peor imagen del país– generó una violenta reacción de los taxistas; cortaron calles y avenidas, protestaron frente al ayuntamiento y vandalizaron autos identificados con Uber. Algo similar a lo que ocurrió en Buenos Aires cuando, algunos choferes, emboscaron a conductores que utilizan la aplicación, les impidieron seguir operando y en algunos casos hasta dañaron los vehículos. Según datos publicados en la web oficial de la ciudad de San Pablo, existen unas 33 mil licencias de taxis. En Buenos Aires –con una población de tres millones de habitantes, incluyendo al Area Metropolitana– son 38.000 las licencias otorgadas. Consultados por Clarín, funcionarios de la Ciudad aseguraron que no existe ninguna posibilidad de “legalizar” el funcionamiento de la aplicación, tal como sucedió en San Pablo. Por el contrario, impul- san nuevas medidas para impedir su funcionamiento. Por ejemplo, interferir en el circuito de transferencia de dinero entre Uber y los conductores. Sucede que actualmente la empresa de transporte norteamericana gira dinero a los conductores desde una cuenta bancaria con origen en Holanda. La Ciudad busca que ese dinero sea embargado, a partir de una orden judicial. “Uber se ampara en los conceptos de economía colaborativa. Si la justicia interfiere en estas transacciones, entonces el dinero no llegaría a los conductores y se pierde la razón de ser del negocio”, entienden en la Ciudad.
Actualmente la situación en torno a este tema tiene varios actores. Por un lado, los gremios de los taxis que lograron a través de presentaciones judiciales que algunas tarjetas –como Visa– no le giren el dinero a la empresa; ahora es Uber quien paga por esos viajes. Por otro lado, la Justicia ordenó al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) que interfiera la operación de la aplicación y la web de Uber; sin embargo Enacom dijo que no estaba en su competencia. En relación a las normas locales, Uber no cumple en absoluto con ninguna de ellas, ya que la operación de las aplicaciones no esta contemplada en la ley de Tránsito porteña.
“Entendemos que el decreto que se firmó en San Pablo permite a Uber penetrar mercados hasta el momento poco explorados por otras ofertas de transporte y proveer servicios en zonas que nunca se habían visto beneficiadas por la presencia de otros medios de transporte”, explicaron desde Uber. La empresa festejó que San Pablo se “adaptó” a las nuevas tecnologías. Uber opera en 404 ciudades del mundo y en 70 países; en 57 ciudades norteamericanas logró que se votaran leyes que la regulan.
Hasta ayer la Ciudad retuvo 40 autos por operar con la aplicación. Los conductores deben presentarse ante un controlador y afrontar multas por 77 mil pesos.