Jugada a dos bandas: inflación en baja y dólar calmo
Inflación en baja y dólar quieto son terreno ideal para hacer “carry trade”
El equipo económico considera que está haciendo historia. Apenas seis meses después de salir del default con los fondos buitre, coloca deuda en pesos con vencimiento en 2026. Hasta que se abrió el cepo cambiario, a fines del año pasado, se temía una corrida contra el peso. Fe de erratas. Ahora se debe hablar de una “corrida contra el dólar”. Es un chiste. Pero no tanto. Hay inversores que están vendiendo dólares para apostar fuerte al peso. Y eso se nota, y se va a notar, en las reservas del Banco Central, que engordan con dólares comprados a inversores extranjeros especialistas en el deporte de moda: “carry trade”. Se trata de desprenderse de una moneda que rinde un muy bajo interés (en este caso el dólar), y pasarse a otra con que rinde mucho más (el peso argentino).
Esto explica el furor por los bonos del Tesoro. Dos semanas atrás se colocaron sin problemas papeles por 50.000 millones de pesos por un bono a tasa fija, a cinco años de plazo. Los inverso- res se conformaron con una tasa del 18,20%. Antes, se había colocado un bono a tasa fija pero a un plazo más corto: $ 15.211 millones a dos años al 22,75% anual.
Ayer, estiró plazos y bajó tasas.
“Hay demanda concreta de fondos de afuera que buscan aprovechar las tasas altas en un contexto de tranquilidad cambiaria y que esperan una apreciación rápida por la baja de las tasas” señala
Federico Furiase, de la consultora Bein & Asociados. “En los bonos largos a tasa fija en pesos los fondos apuntan a una apreciación de capital por baja en el rendimiento del título en un contexto de dólar tranquilo. De hecho el bono a cinco años salió a la par con un cupón de 18,2% y ya rinde en la zona de 17,17%”, apuntó.
Expectativas de inflación en baja y tipo de cambio quieto son el terreno ideal para los jugadores de “carry trade”. Es un escenario en el que el Banco Central tiene mucho que ver. Con su política de dureza monetaria está diciendo, justamente, que no dejará escapar la inflación. Y que el dólar no
tendrá muchas chances de correr. Los inversores le creen.
No solo los dólares de afuera están moviendo el mercado de deuda en pesos. La suba de las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años le pegan a los bonos largos en dólares de la deuda argentina, cuyos rendimientos subieron casi un punto desde que arrancó octubre.
De ahí que también haya una salida (no es una estampida, por cierto) de estos papeles que busca posicionarse en pesos.
Este horizonte es el que ayer le permitió al equipo económico anunciar que la Argentina está logrando algo inédito: financiarse a 10 años, en pesos y a tasa fija.