CUBA Y ORIENTE MEDIO
El Papa se estrenó como mediador con un éxito difícil de igualar: el deshielo entre EE.UU. y Cuba. A principios de 2014, Francisco aprovechó la visita al Vaticano de Barack Obama para plantear un acercamiento con La Habana. Luego escribió cartas a Obama y a Raúl Castro. A Cuba le pedía la liberación del estadounidense Alan Gross, preso por cargos de espionaje. A EE.UU., la flexibilización del embargo. El gesto impulsó las negociaciones secretas en Canadá, en las que el Vaticano llegó a intervenir.
En junio del mismo año rezó en los jardines vaticanos junto a los presidentes Mahmoud Abbas, de Palestina, y Shimon Peres, de Israel, para “derribar los muros de enemistad” y tomar el “camino del diálogo y de la paz”.