Denuncian una “crisis humanitaria” por la escasez de medicamentos
El informe documenta las dificultades que muchos venezolanos enfrentan para cubrir sus necesidades.
“Carlos Sánchez” prefiere guardar su verdadero nombre. Es empleado estatal en Venezuela. Tiene 33 años y fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin en octubre de 2015. Para su primera intervención quirúrgica, tuvo que comprar y llevar al hospital medicamentos e insumos, incluidos analgésicos, antibióticos y soluciones salinas. Sandra Silva, de 33 años, es madre de un niño pequeño que sufre frecuentemente fiebre alta y convulsiones. Durante más de un año no ha podido comprar acetaminofén ni paracetamol, en Táchira. En Valencia, los padres de Carol Jiménez, una nena de 9 años con diabetes, tienen enormes dificultades desde mediados de 2014 para encontrar insulina y tiras reactivas... y los casos siguen.
Los venezolanos hoy no solo sufren por la escasez de medicamentos esenciales sino que además son perseguidos por criticar el desabastecimiento. Así lo denuncia el extenso informe de Human Rig- hts Watch (HRW) que con el título “Crisis humanitaria en Venezuela: La inadecuada y represiva respuesta del gobierno ante la grave escasez de medicinas, insumos y alimentos” fue difundido ayer. “El gran deterioro que hemos podido comprobar es de niveles típicos de otras regiones del mundo, fundamentalmente de países en guerra”, aseguró el trabajo.
La ONG pide en su informe a los gobiernos de la región que ejerzan “presión sobre el gobierno del presidente Nicolás Maduro para que adopte medidas inmediatas que aborden adecuadamente la profunda crisis humanitaria que enfrenta el país”.
De 73 páginas, el reporte documenta las enormes dificultades que muchos venezolanos enfrentan para obtener atención médica esencial o cubrir las necesidades básicas de su familia. Según HWR, el gobierno de Maduro ha restado importancia a la gravedad de la crisis, entorpeciendo la llegada de ayuda humanitaria internacional y castigando a los que cuestionan el desabastecimiento.
“El gobierno venezolano se ha esmerado más en negar que existe una crisis humanitaria, que en trabajar para resolverla”, observó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. La ONG recuerda que Caracas ha negado que la situación de escasez tenga las proporciones de una crisis. En aquellas ocasiones en que las autoridades sí lo admitieron, argumentaron –sin aportar evidencias– que se debía a una “guerra económica” librada por la oposición política. Según los médicos y pacientes consultados por la ONG, existe una grave escasez —que en algunos casos llega a desabastecimiento total— de medicamentos básicos como antibióticos y analgésicos. Entre los insumos que faltan en los hospitales públicos se incluyen guantes estériles, gasas y alcohol de uso médico.
Cuando los remedios no están disponibles en las farmacias, sólo se pueden comprar en el extranjero o en el mercado negro a precios inaccesibles y sin garantías de calidad. Dar a luz en este contexto puede ser fatal: la tasa de mortalidad materna informada por el Ministerio de Salud para los cinco primeros meses de 2016 fue 79% mayor que la indicada en las estadísticas oficiales disponibles más recientes, correspondientes a 2009. La tasa de mortalidad infantil de 2016 fue un 45% más alta que en 2013.
La ONG también comprobó que muchos venezolanos tienen cada vez más dificultades para alimentarse de forma adecuada, sobre todo los de ingresos bajos o medios. Los expertos asocian la inseguridad alimentaria a problemas de salud física y mental entre adultos, y al escaso crecimiento y desarrollo socioemocional y cognitivo de los niños. En Venezuela, varios médicos, asociaciones de profesionales y padres manifestaron a HRW que comenzaban a advertir síntomas de malnutrición, especialmente en niños. Con el discurso de la “guerra económica”, el gobierno amenaza con apartar de sus cargos a los médicos de hospitales públicos que expresan su preocupación por la escasez, amaga con interrumpir el financiamiento internacional de ONGs y responde a marchas y manifestaciones con golpizas y detenciones.