Otra grave lesión en el scrum y la polémica que va en aumento
Federico Bocelli sufrió una fractura cervical cuando se derrumbó la formación en un partido de juveniles.
Mientras pone en práctica las nuevas reglas en el scrum (ya se hizo en la primera fecha del Campeonato Argentino de Menores de 16 años y seguirá en el Argentino de mayores y el Torneo Súper 9), el rugby nacional recibió un duro golpe que volvió a encender la luz de alerta sobre el peligro de las lesiones en esa formación. Federico Bocelli, hooker de la M17 de Tala, sufrió una fractura cervical cuando se derrumbó el scrum durante un partido ante Jockey por el torneo de cordobés de esa categoría juvenil. El primera línea había sido operado el lunes por la noche y anoche continuaba internado en el sanatorio Allende de Córdoba y mostraba signos de una leve mejoría.
“La cirugía salió bien, todo dentro de lo planificado. Terminó cerca de la medianoche del lunes y cuando lo evaluaron a la mañana siguiente tuvo una pequeña mejoría. Federico había sufrido la pérdida de la movilidad en los cuatro miembros y ha mejorado un poquito del lado derecho. Sin embargo, el pronóstico sigue siendo muy reservado. Ahora queda esperar para ver cuándo le dan el alta para que pueda comenzar la rehabilitación”, le contó ayer a
Clarín, Norberto Ortiz, entrenador de Bocelli y médico traumatólogo.
La noticia sobre el caso de Bocelli, de 17 años, puso la lupa sobre la incidencia de la edad del jugador en las posibilidades de lesionarse ya que los últimos episodios que se produjeron en Argentina fueron en jóvenes.
En septiembre ya se habían registrado dos graves accidentes ocasionados por el derrumbe del scrum durante sendos partidos. Ignacio Maeder, de Duendes de Rosario, y Jerónimo Bello, de SIC, ambos de 23 años, sufrieron graves lesiones cervicales por el colapso de esa formación. Esos casos llevaron a la Unión Argentina de Rugby (UAR) a formar una comisión de Seguridad en el Juego con el objetivo de reducir los riesgos en la práctica del rugby, particularmente en el scrum, revisando las reglas de dicha formación.
Basándose en un trabajo de investigación de 2015 hecho por la Universidad de Bath, la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia destacó en una charla sobre lesiones ca
tastróficas de la columna cervical en el rugby: “La falta de maduración de las estructuras esqueléticas y ligamentarias es un factor de riesgo adicional potencial para los jugadores jóvenes y esto explicaría en parte la alta incidencia que ha habido en nuestro medio en jugadores de 19 y 20 años”. Aunque también señaló que “no hay evidencia que sugiera que las mediciones antropométricas normales, un adecuado entrenamiento y un buen estado físico protejan en forma segura a los jugadores de lesiones espinales”.
Detrás de esa última afirmación se encolumna la opinión de Ortiz. “Fue un accidente, una situación de juego que se produce permanentemente hasta en los mejores niveles del rugby mundial. Se colapsa el scrum y no tiene nada que ver con que se podría haber entrenado mejor o de otra manera ni tampoco con la edad de los jugadores. Hoy en nuestro club y en todos los del país hay entrenadores especiales de scrum. Los jugadores se preparan físicamente para el puesto específico en el que juegan y saben cómo posicionarse y cómo formar el scrum. Federico, más allá de que tiene 17 años, no es un novato de este deporte. Siempre había sido hooker, manejaba el puesto y estaba preparado para jugar en esa posición”, aseguró. Y agregó: “Creo que es necesario cambiar ciertos paradigmas del scrum en nuestro país en pos de la salud y el cuidado de nuestros jugadores. La UAR está muy comprometida con eso y va por muy buen camino con las decisiones que tomó en los últimos tiempos”.