“Los chicos no mienten”, dicen las intérpretes de señas
Según los expertos, los sordomudos son más vulnerables porque no tienen quién interprete lo que les pasa.
Esto recién comienza. Todos estamos horrorizados”. Nancy Cortez, la primera intérprete en conocer lo que querían denunciar los chicos
Especialistas coinciden en que la comunidad sorda es una de las más
vulnerables. Sufren discriminación y asilamiento. “Una persona sorda que llega sola a la guardia de un hospital puede morir porque no tiene quien interprete lo que le pasa”, dice Liliana Rodríguez, psicóloga, especialista en abuso sexual, discapacidad y violencia de género de La Plata.
En el caso del Instituto Próvolo, los chicos y adolescentes sordos e hipoacúsicos estaban internados alejados de su familia. Eso favorece la vulnerabilidad y la impunidad para los curas denunciados y detenidos. ¿Cómo puede darse cuenta la familia de que un chico con discapacidades fue abusado? “De ninguna manera se puede poner la responsabilidad en la familia, sino en el abusador, quien abusa de la confianza de niños”, dice Rodríguez, quien para poder comprender a las víctimas ha aprendido el lenguaje de señas.
Y señala: “Si es complicado poder aceptar que un padre viole a una hija o hijo, cómo no va a ser complicado pensar que un cura, representante de Dios en la tierra y que absuelve los
pecados, es el mismo que comete semejante delito aberrante”.
La psicóloga afirma que quienes tienen esta conducta pederasta la
mantienen sistemáticamente. Y en el caso de la Iglesia, la familia de los chicos ha depositado la confianza. “Los niños no mienten, nunca pueden estar diciendo cosas que no han experimentado. El cura abusador manipula a través de la confianza, el cariño, la mentira y es muy difícil po- der denunciar el abuso”, explica Rodríguez.
Critica, además, que en Argentina no se fomenta la formación en la lengua de señas y opina que en todos los servicios del Estado debería haber un intérprete de señas. Hay que saber y querer leer. “Dónde está la función y el control. Acá hay una ceguera so
cial”, concluye la psicóloga social. Nancy Cortez, la interprete de señas de la Legislatura provincial, fue la primera que pudo conocer el testimonio que señalaba los abusos de los curas del Instituto para Niños Hipoacúsicos Antonio Próvolo, en Luján de Cuyo. La profesional dijo que "esto re
cién comienza", al referirse al caso que impacta al país y señalando los alcances que tendrían los casos aberrantes que se cometían en el lugar.
Recibió el primer testimonio a través del cual se conocieron los abusos y se convirtió sin querer en una pieza fundamental en la investigación. “Algunos denuncian, otros vienen como testigos y todos, lamentablemente, estamos horrorizados por los abusos", revela la intérprete.
“Recién ahora los chicos del Próvolo y sus familias se han animado a contarlo y permitir que esto salga a la luz”, celebró Mariana Martínez, presidente de la Asociación de Sordos de Mendoza.
La psicóloga Rodríguez dice que es reparador que las víctimas se animen a hablar y que haya condena social: “Ojalá esta vez logremos la condena judicial y la del Vaticano”.