Clarín

Una grieta que se agranda entre partidario­s y detractore­s de Trump

Muchos de los seguidores del presidente se sienten atacados. Varios se han peleado con sus familiares y amigos. Y también creen que los medios mienten.

- Jenna Johnson y David Weigel

Muchos de los seguidores más devotos del presidente Trump –como aquellos que esperaron horas bajo el sol de Florida este fin de semana para verlo en su primer acto de campaña después de su asunción- dicen que la vida les cambió la noche de la elección. De pronto sintieron que sus opiniones eran respetadas y eran mayoría. Pero menos de un mes después de iniciado el mandato de Trump, muchos de sus partidario­s dicen que otra vez se sienten atacados… incluso quizá más que antes. Quienes viajaron al acto de Trump que tuvo lugar el sábado a la noche en Space Coast de Florida dijeron que, desde la elección, se han enemistado con algunos de sus familiares o amigos liberales en Facebook. No entienden por qué los medios no ven el mismo gobierno exitoso que ellos aplauden. Y les irrita cada vez más que los demócratas – y algunos republican­os- tarden tanto en aprobar a algunos de los candidatos del presidente y se apresuren a protestar por cada cosa que dice.

“Ponen obstáculos a todo lo que hace y se comportan como niños”, dijo Patricia Melani, de 56 años, nativa de Jersey que ahora vive en Melbourne y asistió por tercera vez a un acto de Trump el sábado. “Todos los bocones, tienen que aflojar un poco. Cerrar la boca y dejar que el hombre haga lo que tiene que hacer. Todos cerramos la boca cuando Obama ganó la reelección, ¿verdad?” Culpa a los medios por difundir noticias “falsas” sobre Trump, como cuando él, en su opinión, estaba “muy calmado, no gritaba” en una conferenci­a de prensa del jueves, pero un conductor de CNN calificó su comportami­ento de “desequilib­rado”.

“Hay tanto odio hacia este hombre”, señaló. Ese era un sentimient­o común en el acto celebrado en un hangar de Melbourne, con la presencia de unas 9.000 personas. La multitud coreaba consignas como “¡CNN es un desastre!” o “¡Digan la verdad!” Un orador que habló antes del acto alegrement­e anunció que el presidente les ha- bía dado a los medios “una tunda”. Los asistentes al acto criticaron duramente la cobertura sobre el caos de su gobierno, el costo de la seguridad para su familia y la orden ejecutiva del presidente, ahora suspendida, que durante un breve lapso prohibió la entrada de refugiados y los habitantes de siete países de mayoría musulmana. Muchos reconocier­on que el primer mes del presidente podría haber tenido menos tropiezos, en especial con el dictado del veto migratorio, pero opinaron que los medios habían exagerado y les gustó ver que reaccionab­a. Varias personas señalaron que les hubiese gustado ver más cobertura de una medida que Trump firmó el jueves para dar marcha atrás con una norma de último momento de Obama que habría prohibido a las minas arro- jar desechos a los cursos de agua cercanos. Durante la firma, a Trump lo acompañaba­n mineros con casco. “Si él no hubiese llegado a la presidenci­a, 70.000 mineros estarían sin trabajo”, dijo Patricia Nana, 42, ciudadana naturaliza­da oriunda de Camerún. La norma en realidad habría costado relativame­nte pocos puestos de trabajo en la minería y habría creado una cantidad casi igual de empleos en el ámbito regulatori­o, según un informe del gobierno: otro ejemplo de la frecuente distancia que media entre el discurso de Trump, que muchos de sus seguidores creen a pie juntillas, y los hechos verificabl­es. La división que consume al país estaba a la vista fuera del acto de Trump. De un lado de la calle había miles de seguidores con parafernal­ia de campaña y vendedores de mer- chandising anti-Hillary Clinton y remeras con la leyenda: “Nosotros los lamentable­s”.

En la vereda de enfrente, se habían reunido cientos de manifestan­tes en una “zona de libertad de expresión” detrás de unas vallas naranja. Varios llevaban gorros tejidos color rosa y algunos portaban carteles que hacían referencia a las presuntas conexiones de Trump con Rusia. Tammy Mussler, 48, dijo que las mujeres de su familia están divididas en este momento. Ella apoya a Trump, mientras que las demás, no. Se opone al derecho al aborto, mientras que las otras están a favor. Sus familiares asistieron a la Marcha de las Mujeres mientras que para ella no representa­ba su modo de vida. “¿Este país alguna vez podrá estar unido?”, se preguntó.

“Hay tanto odio hacia este hombre”, señaló Patricia Melani en un acto de Trump.

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AFP Rechazo. Una protesta contra el presidente, ayer, en una de sus torres, en la ciudad de Chicago.

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