La economía que enfrentará el próximo presidente
PBI. Retrocedió en 2016 y el repunte para 2017 es leve. El desafío de diversificar.
Sea quien fuere el próximo presidente de Ecuador tendrá que enfrentar una economía que retrocedió en 2016 y casi no crecerá este año. Según los datos oficiales, el PBI del país se achicó 1,7% el año pasado. Para 2017, las perspectivas no son demasiado halagüeñas. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el repunte de la economía ecuatoriana será de solo 0,3%.
La caída del precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar estadounidense castigaron durante los últimos años a la economía (desde el año 2000, el dólar es la moneda en el país), a lo que se sumó el devastador terremoto de abril, que obligó al gobierno a desembolsar 3.344 millones de dólares en planes de reconstrucción.
Según Rafael Correa, las inversiones y medidas de su gobierno permitieron una progresiva recuperación de la economía, con la mejora de la productividad como una de sus bases. En opinión del decano de Economía y Administración de la Universidad de las Américas, Vicente Albornoz, la volatilidad en el precio del crudo terminó ayudando a Correa porque funcionó como un aviso para que no se gastara “hasta el último centavo”.
“Muchos esperaban que la economía colapsara (...). No solo que la economía no ha colapsado, sino que ya muestra importantes, claros signos de recuperación y todo esto sin los ‘paquetazos’ que, por mucho menos de lo que hemos tenido que enfrentar, nos daban cada año los partidos políticos de antaño”, dijo Rafael Correa durante un discurso a mediados de enero.
El Ejecutivo sostiene que Ecuador es hoy mucho más competitivo que hace una década, cuando Correa ganó sus primeras elecciones, y por tanto un destino atractivo para las inversiones. La apuesta de Alianza País ha sido fomentar la elaboración de productos con valor agregado para reducir la dependencia que la economía ecuatoriana tiene del petróleo (la principal exportación y el 30% de los ingresos fiscales) y de la venta al exterior de bananas, camarones y conservas de pescado.
En 2016 la inflación se redujo hasta 1,12% (había sido de 3,38% en 2016) y la deuda exterior pasó a representar el 25,7 por ciento del PBI, un porcentaje inferior al de 2015 (la mejora hizo retroceder el riesgo país hasta los 615 puntos).
Pese a la salud de esos indicadores macroeconómicos, los opositores ven un panorama más sombrío que Correa, al que culpan de falta de previsión y de haber disparado el gasto en los años de bonanza petrolera. Según el Observatorio de Política Fiscal de Ecuador, el gasto público ascendió en 2016 a 24 mil millones de dólares, muy por encima de los 16.500 millones de dólares recaudados.
Como subrayó Albornoz, implica “un déficit enorme que se financia con deuda” y que seguramente requerirá recortes presupuestarios en el futuro.