Dos pasos para el amor
El Buenos Aires Ballet estrenó un programa de pas de deux en el Ateneo. La próxima función: 17 de marzo.
El Buenos Aires Ballet, una compañía formada por primeras figuras de compañías oficiales y dirigida por Federico Fernández, estrenó este fin de semana un programa de pas de deux en el ND Ateneo. Con él abren una temporada que se extenderá a lo largo del año.
El pas de deux, de trois, de quatre, etc (en francés, paso de dos, de tres, de cuatro) designaba antiguamente a la cantidad de bailarines que participaban en una variación de danza. Pero en el siglo XIX y con el advenimiento del ballet romántico, el pas de deux tomó carácter de un dúo amoroso. Más tarde, con Marius Petipa, el pas de deux adquirió una estructura fija: un primer segmento en el que hombre y la mujer bailan juntos, una variación de él, otra de ella y un remate –o coda- con ambos.
Organizar un programa exclusivamente con pas de deux implica extraer estas variaciones de danza del contexto de los ballets a los que pertenecen. De esta modo, no importa tanto –a los ojos del público- lo que los personajes representan, y en cambio tienen más peso el carácter, el virtuosismo y la personalidad de los bailarines. En este sentido, el programa de Buenos Aires Ballet fue muy bien pensado e interpretado sobre la base de pas de deux de Marius Petipa: de
Raymonda, Cascanueces, La bayade
ra, La esclava del mercader y Coppelia. Bailarines excelentes y muy personales fueron sus intérpretes: el propio Fernández, Ayelén Sánchez y Emanuel Abruzo (del Colón), Julieta Paul, Melisa Heredia, Paulo Marcilio, Romina Panelo, Devid Gómez, Marianela Bidondo y Miguel Klug (del Argentino de La Plata),y Eliana Figueroa del Ballet Nacional Danza.
Y para los que se preguntan si to- da la danza es Petipa, hubo también el delicioso Festival de las flores de
Genzano, del danés Bournonville, preciosamente interpretado por Panelo y Gómez, quienes también hicieron
Las llamas de París, de Boris Asafiev. Es preciso agregar que el escenario del ND Ateneo no es ideal para este tipo de obras que necesitan, aún con dos bailarines en escena, más amplitud. La escasez de espacios adecuados es más que evidente.