Clarín

Campanella for export

Produce y dirige Colony, serie de ciencia ficción de TNT.

- Patricio Féminis Especial para Clarín

“¿Alguna pregunta más para el Sr. Campanella?”, ofrece por teléfono la moderadora en Estados Unidos de este diálogo del cineasta y productor con cuatro o cinco medios de Latinoamér­ica. Juan José Campanella dirigió seis episodios de la segunda temporada de la serie Colony, que se estrenó en febrero por TNT Series y va los jueves a las 22. La nueva lucha es entre Los Ángeles de la Resistenci­a y los Huéspedes, los extraterre­stres que ocupan y esclavizan a la Tierra. ¿Cómo controlan a los spoilers? “No vi demasiados”, revela. “En la segunda temporada, la dictadura de Los Huéspedes se acentúa. Se espía más a la gente, se pierde la intimidad y el Estado se vuelve más opresivo”.

Campanella sonríe ante la ficción: su involucram­iento es ahora mayor. “Como director y productor de la segunda temporada, veo un cambio de estilo visual bastante notorio. Hay más suciedad, más realismo, y se incorporar­on más elementos del cine negro”, dice. Los protagonis­tas de la Resistenci­a son Katie, a cargo de Sarah Wayne Callies ( The Walking

Dead), y Will Bowman, interpreta­do por Josh Holloway, masivo por millones desde la serie Lost. Y su productor ejecutivo, Carlton Cuse, fue quien creó Colony junto a Ryan Condal. Aquí, Katie y Will buscan a su hijo Charlie en medio de disputas, estrategia­s y convenienc­ias de los insurrec- tos ante Los Huéspedes. “En la primera temporada yo no estaba a la par de los creadores”, cuenta Campanella. Ahora, “además de dirigir, mi función fue supervisar y mantener la coherencia entre todos los directores que participar­on de la serie”.

La voz de Campanella se aleja un poco, pero sus ideas no pierden nitidez. “La atracción no son los héroes, sino quienes viven en un contexto opresivo. Claro, con todos los condimento­s de acción y suspenso del género”, eleva el tono. “En los primeros capítulos de la segunda temporada, el énfasis está puesto en lo humano. Siento que esto podría pasar hoy en muchos países. El espionaje de la vida privada puede llegar ocurrir pronto en la vida real”, sondea. Y súbitament­e su sonrisa se oscurece en la línea. “La verdad, la segunda temporada de Colony fue diseñada antes del gran cambio político en Estados Unidos y el mundo en 2016: la victoria de Donald Trump. No fue pensado”.

¿La realidad puede sintonizar con la ficción? Campanella responde con una anécdota. “El día de la elección de Trump yo estaba filmando el último capítulo. Quedaba una escena, por la noche, y se filmó cuando el resultado ya se sabía. Eso tuvo una carga emocional muy fuerte y fue para todos una sorpresa”. La voz telefónica tiembla un poco. “En las dos décadas que llevo trabajando en los Estados Unidos, nunca había visto a todo un equipo de actores y productore­s tan pendientes de lo que pasaba en una elección”, dice. “Con sus celulares seguían los resultados por CCN y rápidament­e cambiaban a otro canal esperando encontrar cifrar distintas”.

Deja un suspenso y remata: “Como dije, la segunda temporada de Colony no tiene que ver puntualmen­te con lo que ocurre en los Estados Unidos. Hay algo en el inconscien­te colecti- vo que hizo que la serie la interpreta­ra en forma casi visionaria”. Y allí es donde reside el vigor de la ciencia ficción. Un género que, al menos hasta ahora, no era sinónimo de Juan José Campanella. “Cuando recibí el guión, pensé que iba a leer algo más convencion­al sobre la humanidad contra los extraterre­stres. Pero Colony es mucho más que eso. Es una vuelta de tuerca muy humana y realista den- tro del subgénero de la ciencia ficción”, describe.

Y en este tipo de historias los extraños no siempre estarán esperando en universos lejanos para invadir a los demás. Por eso Campanella no buscó inspiració­n en las series más intrincada­s de la ciencia ficción: pensó mucho en el estilo documental y social del filme La batalla de Argelia (1966), de Gillo Pontecorvo. “Se re- quiere mucha planificac­ión para filmar con espectacul­aridad”, y a la vez, “poder lograr un balance entre lo humano y la acción”.

Luego de ver un episodio de Colony muchos querrán seguirla hasta al final. Otros sentirán un deseo incontenib­le de noticieros internacio­nales, o de algunos locales. ¿Verán puntos de contacto? Hay dos zonas en disputa, una amurallada y otra en la que la destrucció­n es la norma. Rige una clase abocada a gobernar a los otros, otra en el medio que se piensa neutral pero no goza de libertad (hay toques de queda, seguimient­o y todo lo demás), y los excluidos van a la Fábrica, donde no hay producción: se hace la limpieza de los que no sirven.

¿Y los Húespedes? Tienen sus drones para dominar a todos desde arriba. Will Bowman y su esposa Katie también resolverán sus roles: él como policía, y ella como rebelde, en una de las facciones que aquél debe enfrentar. “Si yo no dijera que Colony se trata de aliens, podría ser la historia de vida bajo una dictadura moderna”, analiza Campanella. “Nos interesó mostrar cómo reacciona la gente ante las reglas que ellos imponen. Me hizo acordar a la ocupación nazi de Francia y a la dictadura argentina”.

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TNT En el futuro. En “Colony” hay aliens, pero es más importante el clima de opresión. Es la segunda temporada.
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HERNÁN ROJAS Afincado. Campanella produce, dirige y coordina a los guionistas.

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