Acusan a Milani de dirigir tareas de espionaje sobre opositores y periodistas
Contó que la ex presidenta dispuso una operación contra Massa y que el Ejército pinchaba celulares.
Lo declaró ante la Justicia el ex espía Antonio Stiuso. Dijo que Cristina le ordenó al militar (preso por delitos de lesa humanidad) montar un aparato de inteligencia paralelo. Y habló de una red que también integraban la AFIP, la UIF y la jefa de fiscales Gils Carbó.
Simpático, más flaco y sin su habitual mirada fría, el ex director General de Operaciones de la SIDE), Antonio Stiuso, amplió ayer ante la Justicia su denuncia sobre el "aparato" de inteligencia paralelo montado en el kirchnerismo y en el que involucró a la ex presidenta Cristina Kirchner, al
ex jefe del Ejército César Milani, al ex secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini y al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, entre otros. Y dijo que tras su salida de la SIDE, en diciembre del 2014, el aparato “clandestino” se fusionó con el legal, entonces comandado por el ex titular de la AFI, Oscar Parrilli.
En su testimonial, contó que la SIDE poseía equipos que permiten detectar la existencia de escuchas ilegales de celulares y así “fue posible detectar la existencia de aparatos que permiten ese tipo de interceptación ilegal –conocidos como “valijas” en el Edificio Libertador, sede del Ejercito, y en la zona del Obelisco”. Las “valijas” solo se pueden comprar en el exterior y su único destino es el de escuchas ilegales, explicó, según revelaron fuentes judiciales a Clarín. Técnicamente, esas “valijas” funcionan mimetizándose “como una antena más de la telefonía celular legal y de esta manera permiten escuchar comunicaciones privadas en forma ilegal”.
Como otro ejemplo de ese espionaje ilegal, reveló que en el 2014 se robaron una camioneta del Correo Argentino “con CDs originados de la oficina OJOTA (Observaciones Judiciales legalmente de las conversaciones telefónicas)”. Los CDs contenían conversaciones tomadas por una causa de narcotráfico de Santa Fe donde se sospechaba de un joven llamado “Ca-
chi Martinez” que sería colaborador del líder del peronismo renovador Sergio Massa, quien le había ganado las elecciones al kirchnerismo el año anterior. Luego de ese robo “Cristina Kirchner ordenó al titular de la SI
DE “Chango” Icazuriaga realizar un back up de los cds robados y escucharlos, lo que era ilegal” ,con la intención de perjudicar a Massa.
Sin embargo, el juez Claudio Bonadio tiene poca fe sobre la posibilidad de comprobar con pruebas los explosivos dichos de Stiuso. Además, el juez sabe que está metido en una "guerra" entre los principales jefes del espionaje en la era K. El fiscal de esta causa es Carlos Stornelli.
Contó que en el 2006 detectó que desde la SIDE que un grupo de personas interceptaba correos electrónicos en forma ilegal y la entregaba la informacion “al entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández, al jefe
de la Policía de Seguridad Aeronáutica (PSA), Marcelo Saín y al Ejército”. Este caso fue denunciado por Stiuso ante la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. Dos ex PCIs, un general retirado y varios periodistas primero fueron procesados por la ex mujer de Nisman y luego sobreseídos al anularse la causa.
“A partir de ese momento se formó una estructura de inteligencia ilegal al la cual al año siguiente se sumó Milani y un sector de la SIDE que no controlaba Stiuso”, informaron las fuentes en alusión al ex director de Reunión de la SIDE, Fernando Pocino. La estructura era controlada por “Cristina Kirchner, y Zannini”, quien coordinaba las tareas con Milani, Parrilli, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, la AFIP y la Unidad de Información Financiera (UIF). En esa supuesta estructura ilegal sumó una empresa privada nombrada en la causa judicial conocida como "Dark Start". Incluso, "se habla de un periodista conocido como Fernando Oz, como un informante de Milani, que incluso intentó entrevistar a familiares del soldado Agapito Ledo". Milani está procesado por el encubrimiento de la desaparición de Ledo en 1976.
En su testimonial, aseguró que la Policía Bonarense “también respondía a este sistema clandestino y el gobernador (Daniel) Scioli tenía conocimiento y consentía ésto a pesar de que él mismo era un objetivo de es
ta inteligencia”. Como ejemplo, mencionó que el ex ministro de Defensa, Arturo Puriccelli, “admitió en una reunión con el número dos de la SIDE, Paco Larcheer, la existencia de la inteligencia paralela dirigida por Milani”.
Pidió investigar a los “dos mil PCIs (personal civil de inteligencia)” que reincorporó Milani cuando llegó en julio del 2013 a la jefatura del Ejército, reteniendo -por primera vez en la historia- el cargo de director de Inteligencia de la fuerza.
Desde que volvió de su asilo en Estados Unidos, el mes pasado, Stiuso repite a sus interlocutores que “fui traicionado por la ex presidenta Cristina Kirchner, como en las películas de espionaje”.
También explicó que las compras que hizo Milani para la ciberdefensa tienen que haber dejado un “certificado de destino final” en el expediente secreto de las adquisiones que, en general, eran a Alemania.
El ex espía había hablado por primera vez de una inteligencia paralela cuando declaró el año pasado ante la jueza Fabiana Palmaghini cuando ésta tenía la causa por la muerte violenta del fiscal de la AMIA Alberto Nisman.