Piden investigar a cinco ministros de Temer y a otros 80 políticos por coimas
Fueron mencionados por 78 ex ejecutivos de Odebrecht. La Corte Suprema analizará ahora cada caso.
Para ministros y congresistas brasileños, mencionados en las delaciones de los 78 ex ejecutivos del holding Odebrecht, llegó el momento temido. Es que el procurador general Rodrigo Janot envió a la Corte Suprema 83 pedidos de investigación de casos de corrupción, vinculados a esa empresa, tanto de legisladores como de altísimos funcionarios del gobierno de Michel Temer. Quien recibió las causas fue el ministro del Supremo Tribunal Federal, Edson Fachin, quien deberá decidir, caso por caso, si acepta la denuncia o la archiva. Tan pesado es ese proceso que en los medios parlamentarios llaman al “catálogo” de nombres como la “Lista Janot”.
Según los medios brasileños, entre ellos figuran cinco ministros clave de Temer, además de los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados.
Este listado se integra además con otros 211 nombres de políticos sin inmunidad –no son ministros ni diputados o senadores- que deben ser transferidos a la justicia ordinaria. Según los medios brasileños, las denuncias de corrupción, por el caso Lava Jato, involucran a 294 personas.
Algunos congresistas de peso, como el senador Romero Jucá, se ven venir lo peor. “Estamos en guerra y morir es parte de ella”, declaró. El político, aliado íntimo de Temer, acumula una serie de imputaciones por “irregularidades” cometidas. El fiscal de fiscales, Janot, pidió al juez Fachin que libere al público las delaciones de los 78 ejecutivos de la constructora brasileña. Será el magistrado quien deba tomar la resolución; entre tanto, los nombres de la lista son secretos. Pero se estima que ese sigilo no debe durar más de una semana. Y se cree que la publicación de los testimonios provocará un terremoto político. Es que entre los ministros de Temer, que podrán ser investigados por presunta corrupción, hay tres personajes claves: el jefe de gabinete Eliseu Padilha; el secretario general de la Presidencia Moreira Franco y el canciller Aloysio Nunes Ferreira. También estarían incluidos el presidente del Senado Eunício de Oliveira, uno de los dirigentes del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB, el partido de gobierno) y el titular de Diputados Rodrigo Maia. En cuanto a los parlamentarios, se menciona a los senadores Renan Calheiros, Romero Jucá y Edison Lobao ( todos del PMDB). También figurarían los ex presidentes Dilma Rousseff y Lula da Silva, y podrían ser mencionados el ex ministro y actual senador José Se- rra y su colega Aécio Neves (de la sociademocracia).
Ayer, en su primera declaración ante el juez Ricardo Soares Leite de Brasilia, Lula sostuvo que “desde hace tres años, soy víctima de una masacre”. Imputado por supuestas maniobras para frenar el Lava Jato, el líder político reveló: “Todos los días me levanto pensando que la prensa está en la puerta de casa porque voy a ser preso. Y es porque a alguien se le ocurrió sentenciar: Lula será preso”. Desmintió las versiones que le adjudicaron una intención de silenciar a uno de los primeros delatores de la corrupción en Petrobras: Néstor Cerveró, que fue gerente del área internacional de la compañía y que, en calidad de arrepentido, aportó los primeros datos de cómo funcionaba el esquema de sobornos en la petrolera.
“A mí me gustaría que un empresario o un político tenga el coraje de
decir que un día me dieron tres reales (un dólar)”, añadió el jefe del Partido de los Trabajadores. Esta es la primera vez que el político es citado ju
dicialmente, desde que comenzó el festival de delaciones en 2014. Su citación ante el juzgado se debió, precisamente, a las confesiones de un ex senador del PT, Delcídio Amaral. Preso por unos días, el ex parlamentario contó lo que sabía e intuía para salir rápido del encierro. Entre las versiones que relató, y que fueron desmentidos precisamente por Lula ante el juez, Delcídio acusó al ex presidente de haberle pedido que le pasara dinero a Cerveró para evitar que hablara de historias non sanctas. Según Lula, él no tenía ninguna injerencia en el nombramiento de directivos de Petrobras dado que éstos eran elegidos por el Consejo de Administración de la empresa. Y que nunca tuvo ninguna relación con el ex gerente.
Dijo también que intuía las razones por las que Amaral lo acusó. “No le debe haber gustado que dijera de él que era un estúpido”. Lula sostuvo que hay una persecución contra él. Y pidió al juez que se presenten “las pruebas correspondientes” de los presuntos delitos que cometió.
Lula desmintió ante la Justicia su supuesta injerencia para silenciar a uno de los delatores.