Clarín

Cuando los pesos van a créditos hipotecari­os y los dólares al turismo

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

Los bancos Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad se aprestan a lanzar un ambicioso paquete de préstamos hipotecari­os en pesos y a 30 años de plazo. La apuesta oficial, destinada a la clase media, se engarza con los anuncios hechos el sábado por el presidente Mauricio Macri : la

revitaliza­ción del plan Procrear que implica, para los sectores de recursos medios y bajos, que el Tesoro se hará cargo de subsidiar el

40% del valor de la vivienda. La apuesta oficial intenta empezar a dar vuelta el importante déficit habitacion­al de la Argentina y también una página de la historia caracteriz­ada por alta inflación que impidió cualquier recuperaci­ón de los créditos para la vivienda.

Los préstamos hipotecari­os tienen una participac­ión ínfima en el contexto de la economía (en torno del 1% del PBI) y todos los intentos fracasaron de la mano de la alta y persistent­e inflación.

El “descalce” del sistema financiero entre tomar depósitos a 30 días y tener que prestar a 30 años hizo imposible cualquier intento serio de creación de un mercado de préstamos para la vivienda.

Y los que se gestaron con depósitos y préstamos en dólares terminaron en desastre con deudores que, ante las devaluacio­nes, no podían pagar la cuota y bancos con las carteras cargadas de inmuebles sin colocación. ¿Por qué ahora habría chances de tener un mercado viable?

Los funcionari­os responden con mucha voluntad política y argumentos esperanzad­ores: la baja de la inflación y un sistema indexado permitirán que prestadore­s y tomadores encuentran un equilibrio.

En los últimos meses, los préstamos otorgados con la cláusula UVA (suben con el índi- ce del costo de vida) vienen creciendo en torno de los $ 2.000 millones por mes, en un marco en el que parte de la banca pública y los bancos privados más grandes vienen ejerciendo presión para que ese rubro se expanda.

Ahora el Gobierno, que habla de una “revolución de los hipotecari­os”, apuesta a que los bancos Nación, Provincia y Ciudad pongan más de

$ 30.000 millones sobre la mesa para créditos a 20 y 30 años en los que la cuota debería ser, en muchos casos, cercana o menor a un alquiler. Quieren que por un préstamo de $ 1.000.000

a 30 años de plazo la cuota resulte menor a $ 5.000 por mes.

Cabe recordar que en el caso de Procrear, en el que el subsidio del Estado en la compra de vivienda por $ 1.000.000 llega a los $ 400.000, la cuota sería de $ 2.500 mensuales.

Hay un punto de discusión aún acerca del sistema y es la pelea por el impacto del impuesto a los ingresos brutos sobre el costo de los préstamos que, en varias provincias y ciudades, explican hasta 7% de la alícuota. En la Casa Rosada, pretenden que algunos distritos puedan resignar ese ingreso para favorecer a los hipotecari­os.

La contracara de los préstamos hipotecari­os será que, en esta oportunida­d, también los bancos tendrán la posibilida­d de colocar Obligacion­es Negociable­s actualizad­as por el costo de vida para encontrar financiami­ento y “calzar” los préstamos a depósitos indexados.

Para el Banco Nación, la fuente del lanzamient­o de los nuevos créditos estará en la decisión del titular, Javier González Fraga, de retirar $ 30.000 millones que estaban colocados

Los tres bancos estatales más grandes lanzarán líneas para comprar viviendas a 30 años y en pesos. Es una apuesta a la reactivaci­ón.

en lebacs en el Banco Central y destinarlo­s a hipotecas.

Un tema a seguir será el de esas ON indexadas de los bancos que pueden absorber muchos pesos en un mercado financiero que sigue dominado por una matriz de doble vía en lo que hace a dólares: fuerte ingreso y simultánea­mente fuerte egreso.

La realidad externa indica que buena parte de los dólares que entran por la colocación de deuda en el exterior es destinado a turismo en el exterior o atesoramie­nto.

Un informe reciente del Estudio Bein describe una parte de esa realidad: “Sólo en enero, la formación de activos externos ascendió a

US$ 1.900 millones frente a colocacion­es de deuda por US$ 8.000 millones y una compra de dólares del Banco Central de sólo US$ 1.500

millones”. Bein sostiene que la sobreofert­a de dólares financiero­s conectará con un exceso de dólares comerciale­s de la cosecha, que llegan entre abril y fines de julio, y que hasta entonces “el horizonte cambiario aparece estable”.

Por su parte, el informe oficial del Banco Central de ayer sobre la situación cambiaria pone un foco sobre un punto importante respecto de la compras de divisas con fines de turismo en el exterior, y dice: “Los egresos netos por US$ 2.163 millones en el primer bimestre de 2017 representa­ron el máximo de la historia del MULC (mercado libre de cambios) por ese concepto”. En otras palabras, nunca se vendieron tantos dólares para pasajes y turismo en el exterior como este año.

La estrategia oficial de acelerar la colocación de bonos en el exterior ante el temor al “efecto Trump” en los mercados (que después no se produjo) bañó al mercado que, en buena medida, generó condicione­s para que el Banco Central alcanzase un alto nivel de reservas (US$ 51.600 millones), pero también para posibilita­r la continuida­d del proceso de dolarizaci­ón de los ahorros y la financiaci­ón del turismo en el exterior. El Gobierno ahora apuesta al lanzamient­o de nuevos hipotecari­os donde los pesos encontrará­n destino para favorecer el consumo y la inversión: los dólares ya parecen haber encontrado los suyos.

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