Clarín

Lo matan de tres tiros por la espalda por no entregar la mochila y el celular

Carlos Olivera tenía 21 años. Lo asaltaron motochorro­s cuando volvía del gimnasio. No hay detenidos.

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A Carlos Olivera le gustaba ir al gimnasio, mantenerse en forma e ir a bailar con sus amigos. Hacía tres semanas había cumplió 21 años y soñaba con estudiar arquitectu­ra. El lunes a la noche lo mataron en un intento de robo en Caseros, partido de Tres de Febrero. Aún no hay detenidos por el crimen, pero creen que después de matarlo los asesinos también asaltaron a una mujer y a un policía.

Carlos había salido tarde de la zapatería de su papá, en Ramos Mejía y se había ido a entrenar al gimanasio. Trabajaba atendiendo el local familiar, mientras su padre le pelea a un cáncer de colon en su casa. Otras ve- ces hacía tareas de jardinería para ayudar a su mamá.

Ezequiel, su hermano mayor, había llegado más temprano al gimnasio y terminó antes su rutina. Había ido en bicicleta y se fue primero, cuando a Carlos todavía le faltaban tres “pasadas” para terminar su entrenamie­nto. “Nos vemos en casa”, le dijo y se fue.

El gimnasio está a unas 15 cuadras de la casa donde Carlos vivía con su madre, sus hermanos y su sobrina. Habitualme­nte el joven regresaba caminando o tomaba el 181 para llegar más rápido a cenar.

A las 21, cuando ya había salido y estaba a mitad de camino, en Hornos y Cafferata lo sorprendie­ron dos motochorro­s. Él sólo tenía la mochila con la ropa de entrenar y el celular, pero se resistió y no quiso que se lo robaran. “Bajalo, bajalo por hijo de puta”, escuchó una vecina que decían los asaltantes. Le dispararon tres veces por la espalda; una de las balas le le perforó un pulmón.

Desesperad­a, la gente de la cuadra salió a ayudarlo y, según contó a Télam una vecina llamada Roxana, empezaron a tirarles cosas a los asaltantes hasta que huyeron. Pidieron una ambulancia que nunca llegó y lo llevaron en un auto al Hospital Posadas, donde alcanzaron a operarlo. Murió poco después, a pesar de las cadenas de oración que familiares y amigos impulsaron en las redes sociales.

La muerte de Carlos conmocionó a la zona, cuyos vecinos planean una marcha para el sábado a las 17, desde Púan y Spandonari hasta la la comisaría N°1 de Caseros. Es que se trata de la tercera muerte en hechos de insegurida­d en menos de un mes en Tres de Febrero. Piden seguridad.

Hace tres semanas mataron a un verdulero en Martín Coronado; en Ciudadela asesinaron a un hombre mientras comía un asado con su familia en una entradera y, en la misma noche, desvalijar­on una empre- sa de repuestos de autos.

“Carlos era mi mejor amigo, pasamos tantas cosas juntos que no puedo creer que esté muerto. Queremos que haya justicia y que agarren a los que hicieron esto”, le dijo a Clarín Juan Fermani, amigo de la víctima. Miriam Olivera, la tía, lamentó: “Nos mataron a nosotros también. Somos una familia destruida. Carlos era un ángel con toda la vida por delante. Era buen hijo, excelente nieto y sobrino. Y un pibe de trabajo”.

La Policía cree que después de matar a Carlos los ladrones asaltaron a una mujer en Plaza Pineral, a dos cuadras de allí. También investigan (ver Tiroteo...) si participar­on de un tiroteo en un robo a un policía.

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FACEBOOK Víctima. Carlos Olivera trabajaba en la zapatería de su papá.

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