CAETANO, MÁGICO Y ETERNO
A los 74, dice que áun se siente un adolescente. Una entrevista exclusiva antes de su show de hoy en el Gran Rex.
“Teresa es una figura imprescindible en la escena del samba de Río. Elegante, sobria, e inmersa en la cultura que representa. Es una artista cuya importancia los cariocas reconocen con profundo afecto. Cuando la conocí, hace ya algunos años, me quedé impresionado con el conocimiento que tenía de la música popular. Estaba grabando el disco Zii e Zie, y hacía un show semanal. La invité a cantar conmigo, Gema, una canción mía que ella había grabado muy bien, y descubrí que sabía todo mi repertorio. Además de la historia de la música brasileña e incluso hasta de rock en inglés y, sobre todo, ¡heavy metal! Cuando descubrí esto, oyéndola y observando sus reacciones frente a los grupos del género, quedé sorprendido y fascinado. A Teresa simplemente le gusta la música y sabe mucho de casi todo. Creció en un período en que las bandas de heavy metal comenzaban a tocar en Brasil, y capturó ese espíritu. Se sabe los nombres de los álbumes, cantantes, músicos y canciones”, cuenta Caetano de la socia musical con la que cantará esta noche en el Gran Rex. La artista homenajeó con su música a Cartola, un sambista carioca de un carácter muy especial. “Cartola es uno de los más grandes compositores de samba de todos los tiempos. Uno de los fundadores de la Escuela de Samba Mangueira (mi favorita). Compuso obras maestras de la década del ‘30 a la del ‘70, antes de ser redescubierto para el público a mediados de los ‘60. Pasó muchos años olvidado, trabajando como cuidador de autos. El retorno a la escena del samba de raíz a se debió en gran medida al restaurante Zicartola, que él y su esposa, doña Zica, tuvieron en el centro de la ciudad desde 1964. El mismo, y muchos compositores de los morros de Río, se presentaban ahí. Sus composiciones, que en la voz de Teresa brillan con todo su esplendor, son de melodías y versos refinados e inspirados. Cartola tocaba la guitarra con precisión armónica y cantaba de una manera muy personal. Grabó apenas tres discos; creo que todos en la década de 1970”, repasa con interés el Tropicalista.