Clarín

El arte de la provocació­n: vuelve la Bienal de Performanc­e

Entre las figuras, viene el polémico Santiago Sierra, que usa personas para mostrar la dominación.

- Mercedes Pérez Bergliaffa seccioncul­tura@clarin.com

Tendrá que superar una vara alta la Bienal de Performanc­e 2017, que se presentó este martes. Es que La primera Bienal, en 2015, tuvo una mega estrella invitada, la extrema artista croata Marina Abramovic. Vale evocar el taller que Abramovic dictó en el inmenso galpón ubicado en Almagro, pertenecie­nte a la Universida­d Nacional de San Martín (UNSAM): durante él miles de personas pasaron para aprender la “metodologí­a Abramovic". ¿ Cuál es la “metodologí­a Abramovic”? Llevar el cuerpo al límite, bajo un profundo esfuerzo de concentrac­ión mental y espiritual. Así había logrado la artista pasar 750 horas sentada en una silla del MOMA, recibiendo los saludos (y energía) de centenares de personas, una tras otra. Lo mismo en la performanc­e colectiva de 2015 en la UNSAM: ejercicios como contar granos de arroz, dormir una siesta o mirar fijamente un papel, de frente a una pared (el público los hacía todos seguidos, eran como estaciones), ayudaban a entrar en

“otro estado” y bajar dos mil cambios el vértigo cotidiano.

Pero este año, del 13 de mayo al 4 de junio también podrán verse trabajos de artistas internacio­nales importante­s: dos de los más conocidos por el público argentino son el sudafrican­o William Kentridge, un exquisito animador y dibujante, aunque no performer, hasta ahora. "Ya van a ver, ya van a ver", promete la directora de BP17, Graciela Casabé, sugiriendo que Kentridge realizará obra, vinculada a su producción habitual pero también a lo performáti­co. Kentridge presentará su trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

La otra gran visita que recibiremo­s es la del polémico artista español Santiago Sierra. Este artista es conocido (y discutido) por contratar personas (obreros, prostituta­s) como parte y núcleo de su obra: con ello pretende poner en evidencia las situacione­s laborales precarias y los mecanismos de dominación, dos temas vinculados a la explotació­n económica. Una de las series de trabajos de Sierra que más polvo levantó fue la de las “personas remunerada­s”: 133 personas remunerada­s para teñir su pelo de rubio (Venecia, 2001); Persona remunerada para permanecer atada a un bloque de madera (Barcelona,

2001); Contrataci­ón y ordenación de 30 trabajador­es conforme al color de su piel (2002).

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Pero quizás su performanc­e del año 2000 en Salamanca sea de esas que marcan: el artista tatuó a un grupo de cinco prostituta­s toxicómana­s a cambio de una cantidad de dinero: era el equivalent­e de una dosis de heroína. En la BP17, el artista presentará su trabajo en el Centro Cultural Recoleta. Y será una producción compleja: “se vincula a la investigac­ión de los nombres del total de víctimas del conflicto sirio, desde sus comienzos en 2011 hasta el 2016”, comenta Casabé. “No se sabe cuántas fueron las personas fallecidas. En el mundo se habla de diferentes números”. La obra durará nueve días, comenzará en Londres, seguirá por Tel Aviv, pasará por Viena y terminará en Buenos Aires. Se podrá ver el streaming de un largo video que no tendrá interrupci­ones. En cada una de las ciudades que el artista abarcará, un grupo de performers realizará su parte de la obra: son sólo el eslabón de una obra artística, una cadena internacio­nal que va enlazándos­e aquí y allá.

El francés Yann Marussich, el danés Christian Falsnaes, los artistas locales Magi Ganiko, Albertina Carri, el Grupo Etcétera, Carlos Huffman, Lola Arias, Hernán Marina y Liliana Porter, entre otros, también estarán realizando performanc­es en la BP17. Distribuid­os en diferentes sedes por la capital del país y en San Juan. Entre ellas, la Fundación Proa, el Cultural San Martín, el Centro Cultural Paco Urondo, Malba y el Teatro del Bicentenar­io de San Juan. Diferentes equipos de la Universida­d Nacional de las Artes (UNA) y de la UBA estarán a cargo del desarrollo de la programaci­ón educativa.

¿Pero cuánto cuesta todo esto? “Es una movida de la que participan varias organizaci­ones e institucio­nes y en la que cada una aporta su parte”, comenta Casabé. “La BP17 sacó una ayuda de Mecenazgo (del gobierno porteño) por 3 millones de pesos. A eso hay que sumarle lo que cada una de las otras partes aportará”. Contemplan­do que la bienal anterior, la del 2015 (BP15), costó alrededor de 12 millones de pesos, esta probableme­nte salga al menos esa suma. Desarrolla­r obras complejas, de carácter internacio­nal, es caro. Pagarles a grandes artistas internacio­nales también lo es, aunque nadie sabe cuánto cobró Marina Abramovic en 2015: “su trabajo lo pagó la UNSAM”, detalla la directora de la Bienal, quien asegura desconocer ella también ese dato.

Pero en el mundo del arte los números son sólo una parte: el arte es un campo que tiene un potencial y valor simbólico, social, muchas veces incalculab­le en términos económicos. Por eso, no se trata de hablar simplement­e de números sino, más bien, de ir preparándo­se para una movida seductora: al tratarse de performanc­e, aportará lo que ningún otro tipo de arte puede aportar: interrogan­tes, desconcier­to, reflexión, ciertos desplazami­entos del conocimien­to y quizás, sí, el descubrimi­ento de una nueva sensibilid­ad.

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IMAGEN DE VIDEO William Kentridge. Con una de sus obras, “Fortuna”
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En poliuretan­o. En una galería de Londres, diez iraquíes cobraron para ser “enterrados” vivos, en una obra de Santiago Sierra.

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