Clarín

“En el recital no hubo control del alcohol, fue un caos absoluto”

- Flavia Graneros fla.graneros@gmail.com

Desde febrero, con muchísima ansiedad, mi familia, amigos y yo planificam­os el viaje para el recital del Indio Solari, en Olavarría. Compramos las entradas como correspond­ía, incluso nos pidieron varios requisitos para retirarlas por “cuestiones de seguridad” para evitar la venta clandestin­a y la falsificac­ión de las mismas. Mi ansiedad era el doble, ya que era la primera vez que iba a a semejante evento.

El 11 de marzo a las 16 partimos desde Maschwitz a Olavarría, emocionado­s, pero tranquilos. Al llegar, las calles eran una fiesta. Alrededor de las 18 marchamos hacía “La Colmena”, donde fuimos llevados a través de una fiesta épica. A medida que íbamos llegando, y anochecía, minuto a minuto éramos el doble, triple de gente. La venta de alcohol estaba en todos los puestos callejeros hasta media cuadra antes del predio. Nos empezamos a preocupar cuando no había ningún tipo de señalizaci­ón respecto a las puertas de entrada. Había alrededor de 50 personas de seguridad para la miles de personas que pasaban por ese baldío. En ningún momento hubo control de nada, incluso en las 4/5 cuadras de distancia al predio había venta indiscrimi­nada de alcohol y nadie de control lo detenía. En las vallas de entrada nadie nos pidió las entradas, no había baño, no había sector para discapacit­ados, mucha gente con bebés en brazos entraban sin ningún tipo de control, con botellas de vidrio, latas de cerveza, elementos cortantes y de todo tipo. A las 22 comenzó la misa, lo esperado por todos los que tenían las mismas ansias que nosotros … Alrededor del tercer/cuarto tema el mismo Indio paró el show debido a incidentes cerca de las vallas. Luego de 30 minutos se retomó el recital, pero cada tanto volvían a pararlo. Las interrupci­ones siguieron y nosotros, que estábamos prácticame­nte en la parte de atrás, no éramos consciente­s de nada, porque tampoco había pantallas ni sonido que nos digan los hechos que sucedían.

Al terminar el concierto, a través de los parlantes informaban cuáles eran las puertas que estaban abiertas para salir, claro que cuando las buscabas , no había ninguna señalizaci­ón, no había vallas, fue un absoluto caos, gente que empujaba, muchos se desmayaban, gente llorando, chocándono­s. Mi familia, mis amigos y yo, hoy podemos contarlo y pudimos encontrarn­os entre todos, pero hubo gente que no sobrevivió, gente que quedó varada, perdida ...

No sé de quién es la culpa y no sé de quién la responsabi­lidad. Hoy, pasado ya el recital, mi entrada está sin cortar, intacta. Todas mis expectativ­as y ansiedades terminaron en decepción y tristeza.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina