Pese a los cortes, el Gobierno negocia con los piqueteros para acelerar fondos
Antes de la protesta hubo reuniones entre ministros y piqueteros para agilizar los pagos de la ley y suavizar el reclamo. En una semana se vuelven a encontrar.
Desde la noche del martes hubo reuniones entre los ministros Stanley y Triaca y los dirigentes de los grupos piqueteros para agilizar los pagos de la Emergencia Social. Ayer, hubo múltiples cortes en todo el país, pero al final cancelaron la marcha a Plaza de Mayo.
El martes a las ocho de la noche, un día antes de la protesta de ayer, Mario Quintana, Jorge Triaca y Carolina Stanley fueron hasta la casa de Fernando “Chino” Navarro en Barracas. El anfitrión y referente del Movimiento Evita no estaba solo. Lo acompañaba su compañero en esa organización Emilio Pérsico y Juan Grabois, una de las cabezas de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) que el Evita integra. Si el vicejefe de Gabinete y los ministros de Trabajo y Desarrollo Social tenían la esperanza de que las organizaciones sociales levantaran la movilización con ollas populares en diferentes puntos de la Ciudad y en sus accesos, la abandonaron rápido. “Son inteligentes, se dieron cuenta de que no había margen”, confió a Clarín uno de los presentes. Horas después convinieron postergar una semana la primera reunión del Consejo de la Economía Popular que estaba prevista para hoy y seguir negociando. A pesar de la peregrinación de tres ministros del Ejecutivo -un gesto que la administración de Mauricio Macri también repitió en la negociación con la CGT- la Capital amaneció sitiada por segundo día consecutivo. El martes había sido el turno del Polo Obrero y de las organizaciones duras. Esta vez fue el turno de las más dialoguistas CTEP, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie. Sin la opción de levantar la medida, el Gobierno interpretó como un gesto de buena voluntad de las organizaciones que hubiera carriles liberados en la mayoría de los cortes y que levantaran la mo- vilización a Plaza de Mayo, prevista como corolario de la protesta.
La emergencia y el salario social complementario no fue el único reclamo que las organizaciones sociales les llevaron a los tres integrantes del gabinete presidencial. Navarro, Pérsico y Grabois les transmitieron una larga lista de quejas. “No cumplieron nada. Falta leche para los comedores. Macri firmó un convenio por 10 obras para cooperativas en Almirante Brown y solo se están haciendo tres”, bramó uno de los referentes sociales. Otro punto de conflicto fueron las partidas para comprar herramientas. El Ejecutivo solo adelantó del 20% hace meses y nunca más volvió a poner un peso.
Dos nombres concentran por estas horas la ira de los movimientos sociales: el secretario de Empleo, Miguel Ponte, y Matías Kelly, el flamante secretario de Economía Social. El primero, un hombre de Quintana, ganó fama en enero cuando con poco tacto afirmó: “Entrar y salir del mercado laboral hace a su esencia, como comer y descomer”. En las últimas semanas quedó en el centro de la escena, porque decidió interrumpir programas de empleo del Ministerio de Trabajo que distribuían las organizaciones sociales. Kelly, en cambio -ex director de las ONG Ashoka y Sistema B- es el responsable de Argentina Trabaja. Quedó marcado por la demora para reglamentar y avanzar con la Emergencia Social. “Se limitaron a escuchar los insultos, nadie los defendió”, argumentó el trío de la CTEP.
Entre las segundas líneas de Desarrollo Social y Trabajo hay reproches cruzados. “No van a poder seguir ajustando por el contexto social”, se envalentonó un funcionario de Stanley. La ministra, en cambio, mantiene una excelente relación con Quintana y Triaca. Algunos proponen una mesa mensual entre las organizaciones y el trío de ministros, como la que el vicejefe de Gabinete y el titular de Trabajo mantienen con la CGT.
Entre las organizaciones sociales tampoco cayeron en gracia las declaraciones de Patricia Bullrich. “Lo que se busca es poner al Gobierno en una situación de ingobernabilidad”, señaló la ministra de Seguridad. En diálogo con Clarín, Navarro cuestionó esa perspectiva. "Tienen que entender que la gobernabilidad se produce con un piso de dignidad en el barrio, no solamente teniendo equilibrio en la Corte o el Congreso”, sostuvo.
Los ministros que mantienen diálogo con las organizaciones se entusiasman con acercar posiciones, generar confianza y evitar protestas que incluyan cortes de tránsito, aunque la perspectiva del año electoral desinfla las expectativas.
El Gobierno suspendió la reunión del Consejo de Economía Popular y promete una respuesta contundente para las organizaciones, que esperan poder empezar a cobrar cuanto antes los salarios sociales de $4 mil pesos. “Tenemos la expectativa de una oferta superadora y de que empiecen a cumplir”, dijeron desde el Movimiento Evita.