Abrió un centro de monitoreo para las cámaras de seguridad del subte
Está en la Comisaría 15 de Chacarita. En dos semanas, prevén que funcionen unas 700 filmadoras.
Cuando cargamos la SUBE en las boleterías, mientras cruzamos los molinetes o durante la espera en los andenes, los 1,2 millones de usuarios del subte estamos constantemente vigi
lados, mucho más de lo que pueden suponernos un par de cámaras instaladas en las distintas estaciones de la red.
Sucede que detrás de cada uno de esos dispositivos de vigilancia virtual, hay un ojo vigía real que, desde un
centro de monitoreo como el que se puso en marcha en Chacarita, es capaz de prevenir cualquier delito que intente cometerse en el transporte subterráneo. El espacio que funciona en la Co
misaría 15, en Guzmán al 300, es el segundo de este tipo que ya se encuentra operativo y se complementará con el de Independencia, en la combinación de las líneas C y E. Recibirá las imágenes de 700 cá
maras que en poco más de dos semanas terminarán de instalarse en todo el tendido de las líneas B,C y D.
Actualmente ya hay 45 dispositivos funcionando en los puntos de mayor flujo de pasajeros, y antes de fin de año se prevé llegar a las 1.500.
El sistema permite un monitoreo ininterrumpido, ya que el acopio del material (que se conserva durante un plazo de 60 días establecido por ley) se hará en dos centros de procesa- miento de datos que estarán conectados entre sí.
“La mayoría de los delitos que se suceden en el subte son reiterados, provocados por personas que delinquen de lunes a viernes. Con lo cual, esta novedad sirve mucho en lo forense, porque vas acumulando información y cuando los detectás los podés sacar de circulación. No son he
chos aislados”, grafica el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo.
Las cámaras de alta definición se encuentran en los vestíbulos, bole
terías y andenes, donde toman registro las 24 horas, y otro tanto en los ta
lleres y cocheras, donde funcionan de noche para evitar actos de vanda
lismo, sobre todo en los vagones de las formaciones. En tanto, los operadores que las controlan están en constante comunicación con la Policía de la Ciudad, ya que el equipo que trabaja en los centros de monitoreo
está compuesto por personal civil y
policial, algo que, explican, garantiza mayor celeridad ante la detección de un delito.
“Si es un civil el que llama para denunciar tiene que identificarse, pedir autorización y demás. En cambio, acá, el personal policial interviene la
frecuencia y da aviso al efectivo que esté en el lugar del hecho para actuar
directo”, explica el ministro. Hasta el momento, las cifras apuntalan la medida: en 2016 hubo 162 robos en todas las líneas, contra 228 que se habían cometido en 2015. Este año se espera que el número siga en descenso.
“Todo lo que toman las cámaras es material de prueba que los juzgados
solicitan a diario. Y no sólo de los delitos que suceden en el subte, porque sirven también para investigar procedimientos, cómo se fue, si se escapó en algún subte, si se quedó en alguna estación. Es un sistema que te permite un montón de estrategias de investigación”, dice Ocampo.
Paralelamente, la iniciativa se complementa con la instalación de 163
monitores en las líneas de molinetes de todas las estaciones de la red de subterráneo: 44 en la A, 30 en la B, 16 en la C, 33 en la D, 16 en la E y 24 en la H. Esto refuerza la percepción de seguridad porque la gente puede ver que se los está filmando y quienes circulan saben que están todo el tiempo vigilados.