La intensa lluvia y la desprolijidad de los árbitros fueron protagonistas
No debió empezar porque la cancha era una pileta. Se frenó a los 26 minutos y luego vino la goleada.
El partido debió postergarse más de una hora por el intenso temporal que hace 15 días azota a Medellín. Un diluvio impedía el juego. Pero luego de una tensa espera (los jugadores volvieron cambiados de los vestuarios), el partido se reanudó cuando ya casi no llovía y la cancha estaba con menos charcos de agua por el trabajo de los auxiliares del DIM. Los colaboradores “barrieron” el césped con secadores y escobillones y hasta utilizaron un tractorcito para llevar el agua a los costados.
La cara desencajada de Marcelo Gallardo graficaba la escena. “¿Hasta cuándo lo vas a jugar? ¿Hasta cuándo? Así no se puede... Ni tenía que haber empezado”, le
gritó el Muñeco al cuarto árbitro, el brasileño César de Oliveira. La bronca del entrenador millonario tenía razón de ser: el estado del campo de juego del Atanasio Girardot se parecía a un mar. Los charcos de agua se imponían al verde. Y el riesgo de una grave lesión era latente.
Iban 26 minutos de la primera parte cuando Gallardo montó en cólera. Además de imposibilitar la circulación de la pelota, el estado de la cancha era peligroso para los protagonistas. El árbitro Wilton Pereira Sampaio utilizó el criterio que le faltó para no empezar, suspendió el juego y mandó a todos para los vestuarios. El argentino Luis Zubeldía era el único que se oponía a la decisión del juez. Claro, el DT del DIM sabe que tiene que enfrentar a su clásico rival Atlético Nacional el domingo y no quería parar...
Desde hacía varios días la tormenta no daba tregua a Medellín. El pronóstico anunciaba que las condiciones no cambiarían. Los meteorólogos colombianos acertaron. Hubo deliberaciones en el sector de los camarines. Los colombianos querían postergarlo para hoy a la tarde y los argentinos aceptaban únicamente que se jugara hoy a las 10 (12 de la Argentina) para no tener que cambiar la logística del regreso. En ningún momento anunciaron la suspensión y el público permaneció en sus lugares. Oscar Ruiz, el ex internacional colombiano que asistió al grupo arbitral brasileño, fue el vocero que anunció la demorza. Para cuando se produjo la reanudación, el estado del campo de juego era un poco mejor: fue secado con escobillones por los voluntarios. Y el sistema de drenaje del Girardot funcionó. La Conmebol ganó: agotó las alternativas y el partido se jugó anoche.