“Doctora Fein, ¿usted se siente en paz con la muerte del fiscal Nisman?”
Días atrás desayuné en un bar de Echeverría y Ciudad de la Paz. No me había dado cuenta quién estaba en ese lugar. Yo estaba concentrada leyendo mis materias a rendir, cuando se levanta esta persona, en ese momento veo y escucho que con mucha solemnidad la saludan, miro y para sorpresa contemplo, sin entender, porque no sabía si estaba acertada con lo que estaba delante de mi vista, le rendían todas sus sonrisas y atenciones a esta mujer de estatura baja, robusta y mayor. ¡Qué confundida que está la gente en cuanto al trato de las personas! ¿Todo el mundo es igual? Era la fiscal Viviana Fein. Sí, ahí estaba, a menos de 50 centímetros. ¡Qué dolor que sentí en el medio de mi pecho, quería ir detrás de ella y hacerle tantas preguntas o por lo menos las mínimas para entender su liviandad por la vida, como si nada hubiera sucedido.
Siempre recordaré al fiscal Alberto Nisman en TN, cuando decía que lo podrían matar. Y lo mataron, o se mató, algo pasó. Acá lo importante es que el fiscal no está más. Y la doctora Fein desayuna como si nada, habla de que va a buscar a su nietito, se sonríe, come sus medialunas o tostadas, camina como un transeúnte más. Ella estuvo en la casa de Nisman, lo vio y dejó contaminar la escena. Ella era la ley y dejó entrar a tanta gente que iba y venía. Como ciudadana que soy, ella de alguna manera me debe una explicación. Creo o siento que así debería ser.
Doctora Fein, usted no tiene culpa de haber ejercido su derecho de manera tan desprolija, o permitir que así sea. ¿Usted se siente en paz con la muerte de un ciudadano argentino que tenía miedo y necesitaba que lo cuidaran? Doctora, ¿usted no piensa que Nisman también querría estar tomando como usted, un desayuno? Doctora, usted se ve feliz y tan tranquila, y la verdad yo me quedé tan avergonzada y tan terriblemente triste con la muerte del fiscal. Doctora, cuénteme: ¿así actúa la Justicia? Digo, porque usted es parte de esa Justicia y se la ve como un ser humano más, como si nada hubiera pasado y encima le rinden pleitesías como si fuera no sé quién.
Alicia Pendito
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