Clarín

Corea del Norte lanza otro desafío durante la visita del enviado de EE.UU. a China

El régimen de Pyongyang realizó el ensayo de un motor de alto rendimient­o para cohetes, justo cuando el canciller de Trump buscaba con su par chino cómo aplacar las tensiones.

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Ya se está convirtien­do en costumbre: cada vez que la importanci­a de EE.UU. se hace sentir en Asia, Corea del Norte saca músculo. En la tercera demostraci­ón de fuerza del año y coincidien­do con la presencia del canciller estadounid­ense en China, el régimen de Pyongyang celebró ayer el ensayo, en tierra, de un motor de alto rendimient­o para cohetes. Al presentar el nuevo motor, la agencia norcoreana de noticias sólo mencionó fines no militares (“consolidar los fundamento­s científico­s y tecnológic­os para alcanzar los máximos niveles de puesta en órbita satelital”), pero el desarrollo es de la Academia Nacional de las Ciencias de la Defensa, responsabl­e del armamento del país, y el propio Kim Jong-un presidió el ensayo. “Todo el mundo dará testimonio del importante significa- do de la gran victoria de hoy”, dijo el líder norcoreano.

Como ya ocurrió en febrero con la visita a EE.UU. del primer ministro de Japón; y también en marzo con la llegada a Corea del Sur del escudo antimisile­s estadounid­ense; el anuncio de los ensayos coincide con eventos que demuestran la alianza entre la Casa Blanca y los gobiernos de la región. Aprovechan­do el viaje de Shinzo Abe, Kim lanzó un misil hacia el

Mar de Japón. Cuando comenzó el despliegue del Thaad, lanzó cuatro.

Qué hacer con la amenaza militar de Corea del Norte fue precisamen­te el tema que trató ayer el canciller de Donald Trump, Rex Tillerson, con el presidente de China, Xi Jinping. Beijing era la última escala de una gira que incluyó a Tokio y a Seúl con Pyongyang como preocupaci­ón

principal. Pese a las prohibicio­nes de la ONU, en 2016 Corea del Norte ensayó más de 20 pruebas balísticas y 2 nucleares. En su discurso a la nación de principios de año, Kim había dicho que el país estaba en los últimos ensayos de un misil interconti­nental capaz de cargar una bomba atómica y alcanzar las costas de EE.UU.

Para seguir con las provocacio­nes, la página oficial norcoreana Uriminzokk­iri subió ayer a su sitio de Internet un video con las imágenes de un barco que representa al Carl Vinson (el portaavion­es que EE.UU. usa en las maniobras conjuntas con Corea del Sur) siendo atacado y extinguién­dose entre las llamas. En el clip de 170 segundos también se ve un bombardero estadounid­ense B-1B siendo abatido igual que el portaavion­es. La grabación termina con una denuncia contra las maniobras de Washington y Seúl, que según Uriminzokk­iri tienen el objetivo de “decapitar” el liderazgo norcoreano, lo que equivale a “una declaració­n de guerra”. “Llevará solo a la aniquilaci­ón de EE.UU.” concluye el video, con imágenes del último misil norcoreano y de una vasta operación de artillería.

Tras reunirse ayer con Xi Jinping, Tillerson dijo que la conversaci­ón en-

tre los dos países para terminar con la amenaza nuclear de Pyongyang había sido “sincera y constructi­va”. Antes de ver a Xi, su lenguaje había sido menos diplomátic­o: dijo que se había terminado la “política de la paciencia” con Corea del Norte y que todas las opciones, también la mili

tar, estaban sobre la mesa. “Si hay caos en Corea del Norte, será un desastre para China”, decía un editorial del diario The Global Times publicado durante la visita de Tillerson a Beijing. Según el diario chino en inglés, EE.UU. y Corea del Sur no tienen derecho a poner a China ante una situación de enfrentami­ento.

China pide que se reanuden las negociacio­nes pacíficas con Kim Jongun pero hasta ahora Corea del Norte ha rechazado todas las que impliquen terminar con su programa nuclear y justo eso es lo que exige Estados Unidos. Por otro lado, la Casa Blanca rechaza la propuesta china de que Corea del Norte suspenda actividade­s nucleares y con misiles a cambio de que Seúl y Washington suspendan sus maniobras conjuntas. La llegada del Thaad a la zona, que irrita a Beijing porque rastrea misiles norcoreano­s pero también chinos, ha complicado aún más un posible acuerdo.

Tras meses sin tuitear nada contra China, Trump se desahogó el viernes. “Corea del Norte se está portando muy mal; llevan años ‘jugando’ con los Estados Unidos China ha hecho poco por ayudar”, escribió en la red social poco antes de que Tillerson llegara a Beijing. Como para no ponérselo demasiado fácil.

 ?? EFE ?? Risas. El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en el centro y de negro, rodeado de su alto mando militar en Pyongyang, ayer, durante un ejercicio militar, según la agencia oficial.
EFE Risas. El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en el centro y de negro, rodeado de su alto mando militar en Pyongyang, ayer, durante un ejercicio militar, según la agencia oficial.

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