Clarín

La CIDH dice que el decreto migratorio de Macri es una “regresión”

Había sido firmado en enero y permite agilizar las deportacio­nes. Para los expertos, el país retrocedió en el tema.

- Paula Lugones plugones@clarin.com

Autoridade­s de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) señalaron ayer que el nuevo decreto migratorio argentino es una “regresión” y que están “preocupado­s” por las declaracio­nes de autoridade­s argentinas que estigmatiz­an a los migrantes.

En una conferenci­a de prensa en la sede de ese organismo autónomo de la OEA, encargado de velar por los derechos humanos de la región, la comisionad­a Margarette Macaulay señaló que “la adopción del decreto de necesidad y urgencia incorpora disposicio­nes regresivas de los derechos de los migrantes”. Y agregó que “la verdadera preocupaci­ón de la Comisión es que la Argentina fue un gran ejemplo sobre cómo tratar a los migrantes. Y ahora nos preocupa que haya retrocedid­o”. Señaló que causaban inquietud “las declaracio­nes de altas autoridade­s que relacionan la migración con la criminalid­ad”.

Las declaracio­nes de la funcionari­a suceden en el cierre de la serie de audiencias de la CIDH en Washington sobre diversos temas en la región, a la que Argentina fue convocada de oficio para que explicara el impacto del nuevo decreto migratorio que el presidente Mauricio Macri firmó a fines de enero, que agiliza las deporta

ciones de indocument­ados en casos de que hayan cometido algún delito.

Durante esa audiencia, una delegación del gobierno encabezada por el secretario de Derechos Humanos Caudio Avruj y el director de migracione­s Horacio García defendiero­n el decreto ante un grupo de organizaci­ones que denunciaba­n persecució­n y racismo en el espíritu de la nueva medida. Dijeron que los extranjero­s en cárceles federales se incrementa­ron en los últimos años hasta el 21% de la población carcelaria total en 2016. Tres organizaci­ones de inmigrante­s, más el CELS, identifica­do con el kirchneris­mo, señalaron que los extranjero­s “no están sobrerrepr­esentados en el sistema carcelario” sino que se mantienen en un porcentaje a nivel nacional en torno a 5% “desde hace más de una década”.

En la audiencia la CIDH quiso saber a qué se debía la urgencia del decreto porque la medida “sugiere una situación de emergencia, inesperada, aguda, que no se puede afrontar con el marco normativo existente” y pidieron explicacio­nes sobre el motivo del cambio. Los funcionari­os negaron una criminaliz­ación de los inmigrante­s y señalaron que así se agilizaban las expulsione­s de quienes habían cometido delitos. Las organizaci­ones presentes rechazaron que exista una urgencia real y denunciaro­n que la nueva normativa equipara al inmigrante que comete un delito menor como un hurto o resistenci­a a la autoridad con el que comete delitos mayores como narcotráfi­co.

Respecto de la situación de la dirigente jujeña Milagro Sala –de la que se habló en otra sesión el lunes— el comisionad­o Francisco Eguiguren señaló que “pronto tendremos un pronunciam­iento”. Se refería a las medidas cautelares solicitada­s por el CELS que pide su inmediata liberación.

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CIDH. Avruj, secretario de Derechos Humanos de Argentina, y García, director nacional de Migracione­s

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