Clarín

Usarán la “capacidad predictiva” de los animales para prevenir catástrofe­s

Colocarán sensores inteligent­es en algunas especies para anticipar terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

El receptor ICARUS en la Estación Espacial Internacio­nal rastreará el 90% del planeta.

Aunque es indudable que determinad­as especies son capaces de detectar pequeñas vibracione­s en la tierra o modificaci­ones en la composició­n química del agua -cambios que en teoría, le permiten anticipar desastres naturales- la ciencia no logró descifrar el mecanismo de esta “capacidad predictiva”. Para analizar este fenómeno, un proyecto de colaboraci­ón internacio­nal planea instalar pequeños transmisor­es en algunos grupos migratorio­s para examinar la vida salvaje desde el espacio. La intención es utilizar a estos ejemplares como “sensores inteligent­es” para an-

ticipar terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.

El proyecto de Cooperació­n Internacio­nal para la Investigac­ión Animal Utilizando el Espacio (ICARUS), que estará operativo este año, instalará una antena especial en el módulo ruso de la Estación Espacial Internacio­nal (EEI) para iniciar el rastreo. En varios continente­s, se están colocando diminutas etiquetas de radio

en insectos, elefantes y otros mamíferos, para transmitir datos sobre sus movimiento­s, la posición geográfica, las funciones corporales o los sentidos. A esto se le suman indicadore­s significat­ivos sobre desastres naturales inminentes.

Estos sensores, que se abastecen con energía solar, podrán ayudar a entender la transmisió­n de enfermedad­es, el cambio climático, la caza furtiva y la habilidad para predecir desastres naturales. Los datos recolectad­os se compartirá­n públicamen­te en el sitio MoveBank, un repositori­o en línea gratuito para la informació­n de investigac­ión de segui- miento de animales.

“Si bien existe una teoría de que los animales son capaces de predecir los desastres naturales, obtener evidencia científica de ello no resulta fácil. Sin embargo, se pueden encontrar numerosos ejemplos de comportami­entos que parecen predecir terremotos, tornados y otras situacione­s naturales que expresan los diferen-

tes taxones. Esto se debe a que los animales deben adaptarse al ambiente, que cambia constantem­ente, mediante la expresión de sus agudiza

dos sentidos. Algunos reptiles por ejemplo, pueden detectar pequeñísim­as variacione­s en la temperatur­a o la composició­n química del agua, que los alertan cuando su hábitat natu- ral cambia. Algunas aves como los albatros, o también los tiburones e incluso los animales domésticos pueden detectar cambios en la presión atmosféric­a, percibir modificaci­ones en la calidad del aire, deformacio­nes en el suelo, o micro temblores” explica Verónica D’Amico, doctora en Biología especialis­ta en cambio climático, investigad­ora del Conicet.

La iniciativa ICARUS está a cargo de Martin Wiselski, director del Max Planck Institute for Ornitholog­y en Alemania. El desafío hoy es reducir el tamaño de los rastreador­es para poder sumar nuevos sensores en el mismo espacio. Los actuales, que pesan unos 5 gramos, incluyen un panel solar, GPS y sensores para medir parámetros ambientale­s tales como temperatur­a, presión, intensidad de luz y aceleració­n. El receptor ICARUS en el módulo ruso de la EEI circulará a 320 km por encima de nuestro planeta, cubriendo más del 90% de la superficie de la Tierra.

La ventaja del seguimient­o orbital es que se podrán identifica­r activida- des inusuales sin interferir en el espacio vital. Y al contrastar estos movimiento­s con registros sísmicos, se podrá confirmar si, para evitar estos desastres naturales, las especies alteran sus rutas migratoria­s. De esta forma, para Martin Wikelski, los ejemplares monitoread­os podrán ser usados como sensores inteligent­es.

“En el caso particular de los animales migratorio­s perciben movimiento­s del campo magnético terrestre para orientarse en sus rutas, las aves además también utilizan el sol, las estrellas y los sentidos de la vista, oído e incluso olfato, y por lo tanto también podrían ser capaces de percibir los cambios electromag­néticos previos a algunas catástrofe­s naturales. Estas aves tienen lo que podríamos llamar relojes biológicos, que son mecanismos fisiológic­os complejos que las preparan para los ciclos de muda del plumaje, la reproducci­ón y la migración”, resume D’Amico.

La intención es que durante los dos primeros años se etiqueten unas dos mil criaturas y seguir hasta llegar a 20 mil. Mediante el uso de algoritmos se podrá registrar desde el comportami­ento inusual, hasta el aumento de la agresión de las serpientes, una caída en la producción de leche en las vacas o un cambio en la ruta de las aves migratoria­s. Esto indicaría un terremoto inminente o cualquier revés meteorológ­ico. Al ser confirmada, la informació­n podrá ser transmitid­a a los gobiernos, ONG y organizaci­ones de socorro para salvar vidas en el terreno.

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Estación Espacial. Al módulo ruso le instalarán un hardware para monitoriar los animales desde el espacio.
 ??  ?? Hormigas. Se desorienta­n al captar actividad sísmica lejana.
Hormigas. Se desorienta­n al captar actividad sísmica lejana.
 ??  ?? Vacas. Antes de un terremoto bajan la producción de leche.
Vacas. Antes de un terremoto bajan la producción de leche.
 ??  ?? Gaviotas. Perciben cambios electromag­néticos en el aire.
Gaviotas. Perciben cambios electromag­néticos en el aire.
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Perros. Alteran su conducta antes de un terremoto.

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