Después de los “food trucks”, un “coffee (mini) truck”...
Dos hermanos juntaron su pasión por las motos y la gastronomía en un original emprendimiento.
Eric Jakubavicius es, como él mismo se define, un “amante de las motos, el café y la buena cocina”.
A su hermana Mónica también le gusta la gastronomía: es pastelera y trabajó -entre otras figuras de renombre- con Maru Botana.
Así que dado el vínculo sanguíneo y los gustos en común, Eric y Mónica decidieron asociarse para desarrollar Vespress, una particular forma de servir café: en un barcito montado en un triciclo Vespa Ape 150.
“La Vespa fue diseñada en 1945 por Corradino D’Ascanio. Nació de la necesidad de ofrecer un medio de transporte sencillo y económico”, recuerda Eric, con rigor de especialista. “Aún hoy sigue siendo uno de los productos mejor acabados. Un ícono de estilo y libertad”.
Y enseguida, claro, Eric aporta la
otra parte de la data básica para que esta historia se entienda mejor: “En 1901, en Milán, también en Italia, se creó la primera máquina de café exprés. Surgió por la impaciencia de los italianos: ¡no querían esperar una taza ocho minutos!”.
Dice, y completa la idea con la filosofía que encierra el proyecto: “Nuestra propuesta es un homenaje a la italianidad y sus tradiciones, combina- do con la libertad de la movilidad urbana”.
Sobre las características del café espresso, señala: “Es fuerte en sabor, aroma y cuerpo, pero sin mucha cafeína. El secreto del espresso está en dejar de extraer café cuando todo lo bueno ya está en la taza y lo malo fuera de ella”.
Los Jakubavicius se consideran emprendedores “exigentes”. Con esa filosofía, les interesa “saber todo sobre el café: desde el nombre de la finca y el número de la planta donde crece hasta a qué temperatura se lleva a cabo la extracción y por cuánto tiempo”, comenta Eric. Y da detalles sobre su producto: “El café Vespress es un varietal bourbon amarillo de Brasil, de la región de Alta Mogiana. Tiene aroma a miel, nueces y durazno. Con sabor a limas, caramelo y pan tostado. Es redondo, limpio y con final prolongado. Su acidez es vibrante, limpia y de tipo cítrica”.
La elaboración, además, contó con la “consultoría de la barista champion Agustina Román, uno de los pocos certificados Q Grade del mundo”. -¿Y dónde está instalada la Vespa? -Es un café nómade o coffee truck. Vamos a ferias o eventos privados, como cumpleaños o casamientos. Hace poco estuvimos en el lanzamiento de Tastemade Studios Buenos Aires. También estamos estudiando la posibilidad de instalarlo en algún shopping o edificio. -¿El chofer de la moto es el mismo que prepara el café? -Sí, podría decirse que tienen una doble función. Son baristas certificados con gran conocimiento del tema. En el mundo, el barista está ganando terreno. Y prestigio. De alguna manera es el nuevo bartender. -¿De dónde surgió esta idea del café rodante? -Siempre me gustó el café. Y me inspiré en algo que vi en el nuevo Soho de Londres: allí el café se servía en un taxi. -Y en tu vida diaria, ¿también te movés en una Vespa? -Por supuesto. No todos los días pero sí, la uso. Es una reliquia.
“La propuesta combina un homenaje a la ‘italianidad’ con la movilidad urbana...”