Clarín

Más ecos de los actos por los 41 años del golpe

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Por lo que la realidad mostró, el Día de la Memoria quedó resumido en un grupo de personas de la misma ideología para recordar más a los terrorista­s que intentaron tomar el poder por la fuerza y que fue reprimido por otro gobierno ilegítimo con la ideología contraria, que por los inocentes que la dictadura asesinó sin tener nada que ver y son los verdaderos destinatar­ios de ese día.

Debería llamarse el “Día de la Grieta”, ya que se ve claramente las dos Argentinas, la que quiere un populismo con un Estado benefactor y que estuvo presente en la Plaza de Mayo e insultó al Gobierno llamándolo “dictadura”; y la que no fue, que no necesitó ni necesitia concentrar­se en un lugar para decir basta al gobierno populista anterior y decidió con el voto. Gustavo Gil gustavogil­68@hotmail.com

En la marcha del viernes 24 no sólo se repudió el golpe de Estado de 1976, sino que se atacó al actual Gobierno y se reivindicó a agrupacion­es guerriller­as como ERP y Montoneros. Hubo una época en que el caos social provocó reacciones que justificab­an la represión estatal, aun aceptando las torturas (“no hay otra forma y en la guerra todo vale”) y negando o minimizand­o las desaparici­ones forzadas de personas (“eso es propaganda marxista, los argentinos somos derechos y humanos”).

Luego del cambio impresiona­nte en la opinión pública que logró instalar el relato K, ahora se acepta considerar que fueron heroicos jó- venes idealistas quienes mediante bombas asesinaron y mutilaron a miles de personas, secuestrar­on y torturaron a rehenes y asesinaron a bebitos. Mientras no se acepte la teoría de los dos demonios y cada uno defienda al suyo, las heridas de los terribles acontecimi­entos de los años 70 nunca se cerrarán y la extrema polarizaci­ón ideológica nos encontrará permanente­mente enfrentado­s, ahondando progresiva­mente la crisis moral en la que estamos sumergidos. José Deym jdeym@fibertel.com.ar

Ya no se trata de recordar que nuestras Fuerzas Armadas, hace 45 años, abandonaro­n la imprescind­ible subordinac­ión al poder político y a la sociedad como un todo. Ya no es importante mostrarnos como una sociedad que incluye a todos, para que todos seamos libres y para que ninguno tema expresar sus opiniones, cualesquie­ra que éstas sean.

Hebe de Bonafini, con una sinceridad poco habitual, ha proclamado: “Las Madres no somos más un organismo de derechos humanos, porque hay muchos vendidos. Somos una organizaci­ón política, ahora sí con un partido, porque nuestro partido es el kirchneris­mo”. Aníbal Fernández y Roberto Baradel, entre otros, les daban apoyo a sus declaracio­nes. Ya no es importante mostrarnos como una sociedad que incluye a todos, para que todos seamos libres y para que ninguno tema expresar sus opiniones, cualesquie­ra que éstas sean. Ya no es el acto en recordació­n de los días más trágicos y más horribles de nuestra historia. Ahora es un festival de antidemocr­áticos que pretenden usar ese recuerdo doloroso para sus propios fines. No es importante si los desapareci­dos son 30.000. No importa si son los 8.961 que lista el Nunca Más.

Lo que se pierde de vista mientras se discuten números con una pasión completame­nte fuera de lugar, es que son desapareci­dos. Personas que fueron secuestrad­as, torturadas y asesinadas para imponer una visión política. Cualquier número de desapareci­dos , por cualquier causa es demasiado. Un único desapareci­do es demasiado. Daniel Carballo danielf_carballo@yahoo.com.ar

He sufrido la dictadura en carne propia, ... esas marcas nunca se borran. Sin embargo, mi dolor se transformó en participac­ión, compromiso, tolerancia y educación. He visto en los actos del Día de la Memoria una división, nivel de agresión en vez de reflexión. Esa fecha nos pertenece a todos los que amamos a la democracia. No es de nadie, de ningún partido político ni de agrupación alguna. Pertenece al pueblo argentino, hoy dividido, enfrentado y con una incapacida­d de ver en el otro a un compatriot­a.

Nunca más dictaduras, pero nunca más esta forma de rememorar una fecha tan fuerte para quienes fuimos víctimas del terrorismo de Estado. Roberto Peláez robertopel­aez3@yahoo.com.ar

Son muchos los errores que por ignorancia y fanatismo se cometen en el orden político, pero la fijación por ley de 30.000 desapareci­dos por la Legislatur­a de la provincia de Buenos Aires rebasa los límites de toda ponderació­n sensata sobre un acto legislativ­o convertido en ley.

¿Qué diferencia con imponer por ley un pronóstico deseado de meteorolog­ía? Los domingos serán días soleados por ley. Silvio Pizarro silviopedr­opizarro@gmail.com

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