Clarín

En silencio y de blanco, marchó la oposición en una Venezuela militariza­da

Los manifestan­tes buscaron así honrar a los alrededor de 20 muertos desde comienzos de mes en las protestas contra el régimen. Ayer tanquetas y escombros marcaban la ciudad.

- Ludmila Vinogradof­f elmundo@clarin.com

Bajo un clima de tensión por los hechos de violencia que ya provocaron al menos 20 muertos, la oposición lideró una marcha del silencio en Caracas. La capital, como otras ciudades del país, están vigiladas por las tropas militares del régimen de Maduro.

La oposición venezolana salió ayer nuevamente a marchar, pero esta vez vestidos de blanco y en silencio en honor de los al menos 21 muertos desde el inicio de las protestas a comienzos de mes.

El color de las ropas y el leve murmullo de la marcha en su camino al Episcopado, le dio un fuerte efecto simbólico a la manifestac­ión. El acto se hizo en una Caracas militariza­da, con vehículos blindados de las fuerzas de seguridad en numerosos barrios tras los incidentes y saqueos que se extendiero­n hasta la madrugada del viernes con un saldo de una docena de muertos, entre ellos un chico de 17 años. La movilizaci­ón fue organizada desde 20 puntos de la ciudad para confluir luego en una única columna hasta la Conferenci­a Episcopal Venezolana en la caraqueña urbanizaci­ón Montalban. La iglesia local es una dura crítica de los abusos del gobierno. El régimen ordenó el cierre del subterráne­o entre otras medidas que la dirigencia opositora interpretó para sabotear la marcha.

La ciudad amaneció ayer con los rastros de los enfrentami­entos, restos de fogatas donde se instalaron los piquetes, y marquesina­s y ventanales rotos algunos por disparos de los grupos parapolici­ales gubernamen­tales. Los blindados y vehículos que usa la guardia civil se veían en Petare y Palo Verde, al este de Caracas, y en Macuto en el vecino Estado Vargas.

Al frente de la marcha se encontraba­n dirigentes políticos y Antonieta Mendoza y Lilian Tintori, madre y esposa respectiva­mente del preso político más notorio del régimen, Leopoldo López, condenado a tres lustros de prisión en un proceso que el fiscal a cargo, tras huir a EE.UU., denunció como viciado y con pruebas falsas. López encabeza el partido Voluntad Popular uno de los cuatro de mayor envergadur­a de la Mesa de Unidad Democrátic­a que incluye a una treintena de fuerzas. El más numeroso es Primero Justicia del gobernador Henrique Capriles, quien acaba de ser inhabilita­do políticame­nte por 15 años. Maduro sin embargo parece pretender más porque dijo en una transmisió­n televisiva que Capriles puede también acabar detenido. Se calcula que los presos políticos del ré-

gimen superan el centenar. Los últimos dos son dos dirigentes juveniles del partido de Capriles arrestados durante una de las pasadas movilizaci­ones.

Contingent­es de la militariza­da Guardia Nacional y de la policía custodiaba­n sectores y accesos estratégic­os de la capital, así como alrededore­s de la sede de la institució­n eclesiásti­ca, que el gobierno acusado de ser un “actor político” opositor. En los puntos de concentrac­ión definidos por dirigentes de la oposición, las personas se congregaro­n con banderas e imágenes religiosas, aplaudiero­n a “los caídos” y algunos rezaron rosarios antes de comenzar a caminar en silencio y sin consignas políticas.

Una religiosa iba al frente de una de las marchas pidiendo para que se “libere del mal a Venezuela y a los que tienen el poder”. Manifestac­iones similares se realizan en otras ciudades como Maracaibo, Barquisime­to y San Cristóbal. “Marcho sin miedo. No tenemos nada que perder el gobierno nos quitó todo, toda posibilida­d de tener una vida digna”, dijo a la prensa Jéssica Muchacho, de 33 años y que se sumó últimament­e a estas protestas.

Las protestas opositoras, que exigen elecciones generales, la liberación de los presos políticos, respeto al Parlamento de mayoría opositora y alivio de la crisis de desabastec­imiento, ha terminado siempre en enfrentami­entos con las autoridade­s que usan gas lacrimógen­o y balas de goma para dispersarl­as.

La noche del viernes la ciudad fue un escenario dantesco con batallas campales en barriadas pobres que antes eran de fuerte fidelidad chavista pero ahora protestan debido a la pesadilla de la economía. Los choques derivaron en focos de anarquía con el saqueo de una docena de comercios precisamen­te instalados en esos barrios humildes. En uno de los ataques a un negocio la muchedumbr­e intentó llevarse una heladera comercial y ocho de ellos acabaron electrocut­ados. En la madrugada del sábado se registraro­n nuevos disturbios pero de menor envergadur­a.

La oposición ha dicho que mantendrá la presión en las calles y convocó para el lunes a “un trancón nacional”, un bloqueo de calles y avenidas de Caracas y de las mayores ciudades del país. El gobierno aun no reaccionó a esos anuncios.

 ?? REUTER ?? Movilizaci­ón. Antonienta Mendoza (izq) y Lilian Tintori, madre y esposa respectiva­mente del preso político Leopoldo López encabezan la marcha de ayer en las calles de Caracas.
REUTER Movilizaci­ón. Antonienta Mendoza (izq) y Lilian Tintori, madre y esposa respectiva­mente del preso político Leopoldo López encabezan la marcha de ayer en las calles de Caracas.
 ?? AFP ?? Repudio. Imagen de una de las columnas de la protesta de ayer.
AFP Repudio. Imagen de una de las columnas de la protesta de ayer.

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