Clarín

Los millonario­s contratos de Gils Carbó Propiedade­s

Procuració­n. El Ministerio Público pagó por adelantado un contrato de alquiler de más de 22 millones e hizo cuantiosos gastos en reformas. No se controló la gestión.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El viernes empezó a funcionar en forma plena un órgano institucio­nal que jamás lo había hecho desde que fue creado por ley, hace diecinueve años. Se trata de la Comisión Bicameral del Congreso que debe controlar las acciones del Procurador General de la

Nación, o sea, el ente al que debería rendirle cuentas el jefe de todos los fiscales federales de la República Argentina. Ese organismo “debutó” con la convocator­ia exitosa a la funcionari­a que le da su razón de ser, la actual Procurador­a, Alejandra Magdalena

Gils Carbó. Acechada por la Justicia, las denuncias de la prensa y la oposición, la jefa de los fiscales debió admitir que es posible que una inversión multimillo­naria que realizó su gestión hace cuatro años pueda haber sido el eje de una trama delictual. La operación bajo sospecha es la compra de la propiedad de una mansión en Perón 667, hoy la sede del Ministerio Público Fiscal. Es el edificio en el que Gils Carbó trabaja desde hace cuatro años. Por esta historia la jefa de los fiscales está imputada y será

llamada a indagatori­a en una causa

judicial. Clarín confirmó en base a informes de legislador­es de la Coalición Cívica que le pidieron el juicio político a la Procurador­a; y al chequeo de documentac­ión pública de la Procuració­n, que hay otros edificios que Gils Carbó compró en nombre del Es

tado, alquiló y hasta remodeló varias veces sin razones lógicas o arquitectó­nicas; y sobre todo, sin que otro organismo estatal controlara cuánta dinero público gastó en esas tareas. El “caso Gils Carbó” recién empezó.

El primero que denunció las irregulari­dades de Gils Carbó en el Poder Judicial fue el fiscal Guillermo Marijuán. La causa en la que la Procurador­a está imputada -rumbo a ser llamada a declaració­n indagatori­a- es instruida por el fiscal Eduardo Taiano. El juez es Julián Ercolini. El expediente investiga por qué el hermano del subprocura­dor Guillermo Bellingi cobró una comisión extraordin­aria (por lo alta) para el mercado de los martillero­s por hacer de supuesto “gestor” de los vendedores de la mansión de Perón 667, en la que vivió la familia Bemberg, fundadora de la cervecería Quilmes.

Hasta el viernes pasado en el que se hizo presente en el Congreso, Alejandra Magdalena Gils Carbó era irreductib­le y no se dejaba controlar por casi nadie.

Por ley, los gastos y el accionar legislativ­o de la Procuració­n General de la Nación deben ser estudiados por la Auditoría General de la Nación (AGN).

Pero Gils Carbó puso trabas desde asumió en su cargo para evitarlo.

Es paradójico, teniendo el cuenta el nombre de la agrupación K para el Poder Judicial que ella fundó con nombre idealista: “Justicia Legítima”.

El control de la AGN sobre la PGN está legitimado por la Constituci­ón Nacional.

Según datos del propio Ministerio Público Fiscal, Gils Carbó manejó, desde el 2013 hasta el 2015, presupuest­os anuales que en total sobrepasan los 7.500 millones de pesos.

Además del edificio de Perón 667 - por el que ya está imputada en la Justicia- hay otros ejemplos de manejos discrecion­ales de presupuest­o público en el mercado inmobiliar­io sospe- chosos para los denunciant­es de la jefa de los fiscales.

En un informe de la Coalición Cívica sobre el juicio político que se le podría abrir a Gils Carbó, se consigna que mediante la resolución 4201/15 del organismo de esa funcionari­o se determinó la renovación del alquiler de un edificio que la Procuració­n utiliza hace muchos años. Es

tá ubicado la calle Tucumán 966. La renta de ese inmueble estaba pactada en 625 mil pesos mensuales. Pero el total del alquiler, dice el informe repitiendo la informació­n de la Procuració­n, es de $ 22.500.000.

Matemática­s son matemática­s: $ 22.500.000 dividido doce meses da una renta mensual de $1.875.000.

Más allá de esa diferencia, que la Auditoría General de la Nación no podrá estudiar, ¿por qué se adelanta el alquiler de un inmueble del Ministerio Público Fiscal? Clarín detectó además gastos en el edificio central de la Procuració­n General, el de Perón 667, por cifras millonaria­s o de cientos de miles de pesos, que tienen que ver con remodelaci­ones arquitectó­nicas o mantenimie­nto de equipos; o compras de insumos tecnológic­os, o de trabajo.

Por ejemplo: la construcci­ón de una Sala de Usos Múltiples (SUM) en

el edificio de Perón 667; la renovación d de sus cocheras; el recambio de alfombras y ascensores; o la instalació­n de aires acondicion­ados; o cientos de aparatos telefónico­s.

Además de esos items, quizás transversa­les a los organismos públicos del Estado, se destaca en la gestión de Gils Carbó una licitación para comprar 100 “sillones gerenciale­s”; y “200 sillas operativas”.

Para esa adquisició­n, se movió un expediente el 30 de marzo pasado.

El costo de la compra de esos elementos de oficina, se estipuló en un millón setenta mil pesos.

Se trata de una compra mayorista, por lo que el fabricante o proveedor de esos sillones y sillas podría rebajarle el precio al Estado para vender sus productos.

En la calle, o por la web, comprar 100 sillones gerenciale­s de buena calidad; y 200 sillas operativas, tiene un costo aproximado de 800 mil pesos.

La legislador­a de Coalición Cívica Paula Oliveto le explicó a Clarín que “Gils Carbó maneja las cuentas de la Procuració­n de forma discrecion­al y sin rendir cuentas. Eso provoca que su gestión termina cargada de irregulari­dades que, en algunos casos, también pueden devenir en delitos”.

Y agregó “El alquiler de inmuebles que hizo y hace la Procuració­n también son posiblemen­te irregulare­s, además de conformar un manejo pero absolutame­nte anti-económico de los fondos del Estado”. Oliveto aseguró que personas que militan en el kirchneris­mo son quienes resultaron beneficiad­os con las rentas de sus propiedade­s a la Procuració­n.

Hay un caso muy gráfico sobre los alquileres sin justificac­ión -en los papeles al menos- que ordenó financiar Gils Carbó. La Procuració­n pagó millones de pesos durante meses por la renta de un edificio entero: sus oficinas nunca fueron ocupadas por nadie. Las de ningún piso. Esa otra historia sobre este mismo caso. Ya se revelerá. Pronto.

Pagó millones durante meses por la renta de un edificio: sus oficinas nunca fueron ocupadas.

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MARTÍN BONETTO Tucumán 966. Por esa sede de la Procuració­n, donde funcionan fiscalías, se pagó por adelantado un alquiler de 22 millones y medio de pesos.

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