Alumnos de una escuela de Misiones
“Empezamos a contar y hacer operaciones con la ayuda de tapitas y palitos de helado”
Aprender a contar con tapitas de gaseosas o palitos de helado es hasta hoy día el método más eficaz que encontraron los docentes de la Escuela de Frontera 627 de Misiones, para arrancar con la enseñanza de matemáticas. Francisco Chávez (13) y Eduardo Méndez (15) están en séptimo grado y todavía recuerdan como María Cristina, la maestra de primer grado, les enseñó a contar. Ambos se miran y sonríen: “empezamos a contar y hacer las primeras operaciones con la ayuda de las tapitas de Coca y los palitos de helado”, cuentan con algo de timidez.
Pese a que ya están cursando el último año de la primaria en el paraje Santa Inés, una zona rural distante 20 kilómetros de Posadas, todavía realizan las operaciones matemáticas sin calculadora. “Nos dijeron que en el último trimestre vamos a aprender a usar la calculadora para hacer algunas operaciones”, dice Eduardo.
Ambos coinciden en que “lo más difícil que vimos hasta ahora son las ecuaciones, potencias y raíces” pero pese a todo nunca tuvieron que llevarse matemáticas a recuperatorio.
Eduardo se sincera y admite que una de las cosas que le costó aprender fue a dividir. Y junto a su amigo Francisco cuentan que las tablas de multiplicar por momentos los hace dudar.
Los estudiantes participaron el año pasado de la prueba Aprender. Francisco jura que “completé todo, era fácil”, pero Eduardo no tuvo el mismo desempeño: “no la terminé por falta de tiempo”.
Francisco, que es hijo de un chofer de camiones, sueña con un futuro de futbolista, mientras que Eduardo todavía no tiene muy claro cuál será su futuro, aunque duda que esté cerca de las matemáticas.