Sacó plata, lo “marcaron” y lo asaltaron: para un juez, el banco no es culpable
La víctima quedó en medio de un tiroteo y perdió un ojo. Pedía que lo indemnicen. “El fallo me decepcionó”, afirma.
El ladrón lo sorprendió en plena calle, le apuntó un revolver a la cabeza y le gritó: "Dame las cinco lucas que sa
caste del banco". Así de precisa fue la orden que escuchó Andrés Jaroslavsky ese mediodía de miércoles , después de haber sacado $ 5.000 en efectivo por ventanilla. Lo habían "marcado". El asalto terminó a los tiros. Recibió dos disparos y una de las balas le reventó el ojo izquierdo. Tras una lenta recuperación, la víctima fue a Tribunales a pedir que el banco lo indemnice con $ 2,9 millones por el episodio, ocurrido el 9 de septiem-
bre de 2009. Largo proceso mediante, la Justicia se pronunció: no corresponde que reciba un solo peso.
El hecho recuerda la tragedia sufrida en julio de 2010 por Carolina Píparo, también "marcada" en un banco y baleada luego por un asaltante, lo que le hizo perder el embarazo. En ese caso, el banco Santander ofreció una indemnización por la falla de seguridad que facilitó el accionar de la banda. Pero a Jaroslavsky, que había ido al BBVA Francés de Santa Fe y Bombpland, la entidad le negó cualquier reparación. Y ahora, en un polémico fallo, el Juzgado N° 95 de la Justicia Nacional en lo Civil se inclinó en favor de la empresa, alegando que la historia tiene rasgos singulares.
Sucede que Jaroslavsky, entonces con 30 años, trabajaba en una empresa de seguridad y había ido al banco con un custodio, José Olguín. Allí, según registraron las cámaras, un miembro de la banda logró espiarlos sin ser detectado, pese a su actitud sospechosa. Eso permitió que sus cómplices siguieran a los clientes en su viaje hasta la sede de la empresa, en Chacarita.
Al bajar ambos del auto, el custodio entró al edificio y Jaroslavsky quedó solo en la calle por un momento, aprovechado por el asaltante para abordarlo, pedirle la plata y darle un golpe en la cabeza. La clave es que el custodio enseguida advirtió lo que estaba pasando, volvió a salir a la calle y empezó a tirotearse con los dos delincuentes para defender a su jefe, que entonces resultó baleado.
Según la sentencia, a la que accedió Clarín, el banco argumentó que cumplía con todas las medidas de seguridad vigentes -las mamparas delante de la cajas se volvieron obligatorias después, en 2011- y que las graves heridas fueron por la irrupción "imprudente" del custodio, que expu- so a su jefe de forma "innecesaria" y "insensata" a resistir el asalto.
En su fallo, de febrero pasado, el juez Maximiliano Caia apoyó esa idea. Admitió que el sistema de seguridad del banco era "insuficiente”, “deficitario” e “inoperante”, y que que eso “pudo exponer” a la víctima. Pero sostuvo que eso no alcanza para considerar que la entidad sea responsable. Porque, según opinó, las heridas tuvieron su causa directa en el asalto y en la "imprevisible" intervención del custodio, que "desató" el tiroteo. El incumplimiento del banco "no puede ser calificado como causa jurídica del daño", concluyó el magistrado.
Para Osmar Domínguez, abogado de la víctima, el fallo es "disparatado". "Nada habría pasado si el banco hubiera tenido un sistema de seguri-
dad eficiente para evitar que sus clientes fueran 'marcados' por delin
cuentes. El delito se inició en el banco, por culpa del banco, y siguió afuera. No se puede considerar que fueron cosas aisladas", refutó el letrado, que ya recurrió la sentencia y ahora espera que la Sala J de la Cámara Nacional de Apelaciones revise el caso.
Jaroslavsky, en tanto, dijo a Clarín que el fallo lo dejó "totalmente decepcionado, con una angustia total". "Uno de los balazos me dejó sin un ojo, perdí el sentido del gusto y a veces babeo porque se me duerme parte de la cara. Del trauma y los daños
psicológicos ni hablemos -lamentó-. Y todo por la clara negligencia de un banco que no supo cuidarme. Me hicieron lo mismo que a Carolina Píparo. La verdad, esperaba otra cosa de la Justicia.”