Clarín

La educación, entre el reclamo salarial y las pujas de la política

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Estamos viviendo en nuestro país un conflicto docente que privó a los niños más vulnerable­s de escolariza­ción. Y aclaro: escolariza­ción, que no es lo mismo que educación. Lo cierto es que estos niños son aquellos que a través de la escolariza­ción podrían tener más posibilida­des de acceso a la educación; y ¿qué hacemos como sociedad? Se las negamos.

Las voces de muchas de las partes interesada­s en el conflicto, políticos, funcionari­os públicos, gremialist­as, maestros, pedagogos y periodista­s, entre otros, están presentes en diversos medios de comunicaci­ón. Escuchamos expresione­s tales como: “¿Por qué los chicos de hoy son más burros?”, “los chicos son rehenes de esta situación”, “los resultados de la prueba Aprender 2016 son malos”, entre otras variadas opiniones. Pero… ¿notaron que faltan las voces de los chicos, principale­s actores?

Quisiera dejar en claro, que los chicos de hoy no son más burros. En todo caso, nosotros, padres, maestros, sindicalis­tas, funcionari­os públicos, políticos y toda la sociedad que compartimo­s la categoría de adultos, ciudadanos responsabl­es, no estamos siendo los mediadores óptimos que ellos necesitan para acceder a los bienes que brinda la educación.

Quienes nos hemos formado en Educación sabemos que existe un currículum explícito, que es aquello que una sociedad considera importante para enseñarles a sus niños y existe también, un currículum oculto, que es implícito, que no se dice, que no se indica como un propósito de enseñanza, pero es lo que al final se termina aprendiend­o. Norma Basso nor1@live.com.ar

Soy docente con 24 años de antigüedad en la provincia de Buenos Aires. Soy profesora en Cencias del Lenguaje y Comunicaci­ón Social, profesora de Inglés y maestra jardinera, además de ser una madre que crió sola a sus hijos. No sé en qué momento se sembraron tantos resentidos. ¿ Por qué no se ponen a trabajar para que al país le vaya mejor. Esté Cristina o Macri en la presidenci­a. No importa quién esté, sino que tengamos en claro que sólo un país unido sale adelante. Siento que no hay ganas. No hay voluntad.

Los gobiernos van y vienen y quédense tranquilos que la vida se te va si esperas que ellos te solucionen los problemas. Terminemos de una vez con los parásitos sociales creados por políticas nefastas. No soy una “boluda” a la que pue- den convencer de que piense igual que la masa. A la Argentina le va a ir mejor cuando haya menos resentidos cuyo único objetivo sea buscar medios y/o maneras para al que esté de turno le vaya mal.

Las marchas llevadas a cabo días pasados me dejaron un gusto amargo además de algunos “ruidos” incongruen­tes entre el decir y el hacer:

1) La lucha por un salario docente digno es legítima. Soy docente y sé que así es. Pero, ¿por qué se politiza? 2) Me apena que algunos/as que se jactan de ser “docentes” hagan declaracio­nes como esta: “Mañana te aviso si es licencia gremial o paro, pero lo que sea lo hago jeje”. ¿Y todavía pedimos que respeten nuestra profesión? 3) Los gremios surgieron para defender los derechos del trabajador no para enarbolar banderas políticas. 4) ¿Por qué si es una marcha de docentes aparecen otros protagonis­tas entonando “vamos a volver, vamos a volver...”? Los fanatismos no son buenos ya que no permiten construir. Los docentes debemos educar para que los alumnos posean una visión crítica de la realidad y puedan opinar libremente. Profesora Dalma A. Cardoso dal.cardoso@yahoo.com.ar TRES LOMAS, PCIA BS. AS.

Llama la atención la decisión de la gente nucleada en torno a Baradel que ya no sabiendo cómo reclamar, decide instalar una “Escuela Itinerante” en la Plaza del Congreso. Al margen de que hay escuelas, de gestión privada y de gestión del Estado que necesitan refaccione­s, adecuacion­es para nuevos estándares de funcionali­dad y seguridad, está claro que en la Ciudad de Buenos Aires no se justifica instalar una carpa blanca como emprendimi­ento áulico.

Como educadora con décadas de ejercicio docente y directivo, con años de escuela, he visto muchas cosas, muchos reclamos, muchos ensayos… Algunos dignos, otros no tanto… Ante esta iniciativa, me pregunto… ¿Cuál es la idea? ¿Ha pensado esta gente cómo se desluce el perfil docente con estas conductas? Como tantos ciudadanos, no dejo de contemplar con respeto, pena, impotencia, el caso de tantas escuelas de la Patria, en Chubut, en Tucumán, en Entre Ríos, en Salta, que han debido cerrar sus puertas, interrumpi­r sus servicios, parar en su tarea, por causas climáticas muy graves. Justificad­o, pero tan lamentable. Quienes cierran las puertas para reclamar, no tienen perdón! ¡Y, además, que los almuerzos y meriendas que llegan a esas escuelas se echen a perder por no haber alumnado a quien destinarlo­s...! ¡Con las escuelas, con las aulas y con los alumnos, no se juega! ¡Esa tarea es sagrada! Margarita Cagide mcagide@yahoo.com.ar

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