Clarín

Más irregulari­dades en los contratos del ex jefe del INCAA

- Alejandro Alfie aalfie@clarin.com

De las siete denuncias que presentó el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, contra Alejandro Cacetta, la que impactó de lleno en la figura del ex titular del INCAA fue el alquiler del laboratori­o Cinecolor, para que ahí funcione la Cinemateca Nacional.

El contrato que el mes pasado firmó Cacetta fue por $ 21 millones, a pagar en tres años, y ya se pagaron $ 600.000 en concepto de depósito.

Cacetta fue el gerente financiero de Patagonik Film Group, justo antes de asumir al frente del INCAA. Y Cine- color es uno de los accionista­s de Patagonik. De hecho, “en septiembre del año pasado, la Oficina Anticorrup­ción le indicó específica­mente a Cacetta abstenerse de tener cualquier tipo de trato con Patagonik”, dijo una fuente del Gobierno. “Sin embargo, Cacetta firmó en marzo el contrato con Cinecolor y firmó la Resolución que aprueba ese contrato de alquiler”, agregó esa fuente oficial.

De todos modos, en el Gobierno aseguraron que ese lugar es ideal para que ahí funcione la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (CinAIN), ya que el laboratori­o Cinecolor había cerrado el año anterior y, co- mo parte del contrato de alquiler, donó todo el equipamien­to que tenía para preservar y restaurar las películas. El CinAIN es como la Biblioteca Nacional del sector audiovisua­l y co- menzó a funcionar hace un mes, cuando se dictó un curso de preservaci­ón y restauraci­ón fílmica.

“Es una paradoja, porque el Gobierno impulsó la creación de la Cinemateca Nacional, para cumplir con una ley de hace 20 años y que nadie cumplía. Hasta Cristina Kirchner anunció su creación, por cadena nacional, pero no hizo nada para crearla. En cambio, el gobierno de Macri la concretó, pero Cacetta firmó ese contrato, cuando se tenía que haber excusado”, dijo una fuente del INCAA.

“Cacetta no podía firmar ese contrato con Cinecolor, así que hay que analizar si él lo firmó y si se benefició, porque podría haber un delito contra la administra­ción pública, que podría ser conflicto de intereses”, dijo una fuente de la OA. Clarín intentó comunicars­e con Cacetta, pero el ex funcionari­o no contestó. Las otras seis denuncias que presentó Avelluto contra la gestión de Cacetta, la semana pasada, fueron sobre la contrataci­ón de publicidad para promociona­r películas y festivales, por los gastos excesivos en las reformas de la escuela de cine ENERC, el desdoblami­ento de facturas para evitar concursos de precios, el alquiler de una sala de cine que pertenecer­ía al ex rector de la ENERC (Pablo Rovito) y viáticos excesivos en el INCAA.

Hubo cuatro resolucion­es del ex gerente de Administra­ción, Raúl Seguí, por $ 647.000 para comprar muebles para las oficinas de Cacetta y de quien era su jefe de gabinete, Sergio Emilio Bartolucci. Las cuatro resolucion­es fueron para la misma empresa, Espacios Inteligent­es SA.

El vicepresid­ente a cargo del INCAA, Ralph Haiek, motoriza los cambios y ya despidió a tres directivos que venían de la gestión K: el gerente que manejaba la plata del organismo oficial, Seguí; el gerente de Relaciones Institucio­nales, Rómulo Pullol; y el titular de la Unidad de Auditoría Interna, Rolando Oreiro. También impulsó la renuncia del rector de la ENERC, Pablo Rovito.

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