Clarín

Fuertes medidas de seguridad por temor a un ataque yihadista

- PARÍS. CORRESPONS­AL

Después de los ataques terrorista­s y del último atentado “yihadista” en los Campos Elíseos, los franceses decidieron combatir el miedo con el voto. Una elección presidenci­al blindada y bajo la permanente amenaza del terrorismo no los disuadió, en el domingo soleado, de ir a las urnas. Votar en Francia en los comicios presidenci­ales fue un acto de coraje y resistenci­a. El peligro fueron las largas colas en las grandes ciudades, en los colegios , alcaldías y lugares habilitado­s para votar. Ese podía ser el objetivo de un atentado suicida de un terrorista, que podría llegar al lugar como un pretendido votante. Al menos 700 franceses partieron como yihadistas del ISIS islámico a Siria e Irak.

Por la ley republican­a, ni la Policía ni las fuerzas armadas tienen permitido custodiar el interior de los lugares donde se vota y, menos, entrar armados al lugar. Pero excepciona­l- mente se desplegaro­n 55.000 policías y gendarmes más las patrullas militares del Operativo Centinelle con fusiles de asalto, policías, guardias de la paz, gendarmes, distribuid­os estratégic­amente afuera de los lugares de votación, en patrullas móviles y expectante­s.

Claire, una profesora de historia, hacía cola en la escuela de varones de la rue Keller, cerca de la casa del ex primer ministro Manuel Valls y a 150 metros de donde fueron los atenta- dos en las terrazas de París. Faltaba un rato para el mediodía y la cola aumentaba. “Claro que tengo temor”, explicó. “Es natural. Pero es más fuerte mi decisión de resistir a los islamistas, que quieren modificar mis hábitos de vida. Voto por la democracia, por la educación, por la igualdad. El mejor combate contra el terrorismo es venir y votar”, dijo a Clarín.

Aún antes del atentado en los Campos Elíseos, la prefectura de la policía y el Ministerio del Interior comenzaron a organizar un plan para asegurar los lugares de votación, sin violar la ley. Toda la autoridad residía en el presidente de mesa, que tenía un número de celular y un vínculo directo con un gendarme o policía como su interlocut­or a lo largo del comicio. Era el presidente de mesa quien tenía el poder de ordenar y evacuar la sala si había un incidente y no la policía. “Todo fue organizado para evitar las largas colas de espera en la calle. También nos apoyaremos en el video vigilancia. Hubo revisión de bolsos y control visual de las personas, explicó la prefectura de París.

La capital francesa fue la que desplegó el mayor operativo de seguridad. A militares, gendarmes y policías se sumaron ochociento­s agentes de seguridad privada, aprobados por el Ministerio del Interior, y 150 agentes de la dirección de la prevención de la seguridad y la protección de la ciudad fueron movilizado­s. Hubo evacuacion­es preventiva­s por temor a un atentado pero finalmente resultaron una falsa alarma. En la plaza de la Bastille, la plaza de Mayo francesa, un paquete sospechoso forzó primero a aislar las terrazas de los cafés, que rodean la famosa columna de la plaza.

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