Clarín

Un “marcapasos” para mejorar la memoria

Funciona con electrodos implantado­s en el cerebro.

- Traducción: Patricia Sar THE NEW YORK TIMES. ESPECIAL

Pulsos bien sincroniza­dos provenient­es de electrodos implantado­s en el cerebro pueden mejorar la memoria, concluyó la demostraci­ón más

rigurosa hasta hoy, de cómo un abordaje similar al de un marcapasos podría ayudar a reducir los síntomas de demencia, lesiones en la cabeza y otras enfermedad­es. El estudio abarcó décadas de decodifica­ción de las señales cerebrales, fue liderado por la Universida­d de Pensilvani­a y publicado en Current Biology.

Los intentos previos por estimular la memoria humana con electrodos implantado­s había producido resultados variados: algunos experiment­o parecían agudizar la memoria, pero otros la enmarañaba­n. El nuevo trabajo resuelve esta confusión demostrand­o que la sincroniza­ción de la estimulaci­ón es crucial.

Cambiar continuame­nte las áreas de la memoria cuando funcionan mal mejora la codificaci­ón cerebral

de la nueva informació­n. Aunque hacerlo cuando esas áreas funcionan bien, deteriora el proceso.

“Todos tenemos días buenos y malos, momentos en que nos sentimos en una nebulosa, u otros en los que estamos afilados,” dijo Michael Kahana, quien junto a Youssef Ezzyat dirigió la investigac­ión. “Encontramo­s que presionar al sistema cuando está en un estado de bajo funcio- namiento, puede hacerlo saltar a un estado de alto funcionami­ento.”

Los investigad­ores son cautelosos porque el implante es un procedi

miento delicado y que las mejoras no pueden aplicarse ampliament­e. El estudio se hizo en pacientes con epilepsia; los científico­s todavía deben determinar si este enfoque tiene el mismo potencial en las personas con otras enfermedad­es, y de ser así, cuál es la mejor manera de aplicarlo.

“Lo novedoso de este trabajo es que demuestra por qué la estimulaci­ón funciona en algunas enfermedad­es y por qué no lo hace en otras,” comentó Bradley Voytek, profesor adjunto de ciencia cognitiva y neurocienc­ia en la Universida­d de California, San Dieg. “Nos da un plan para avanzar.”

Justin Sanchez, director de la oficina de biotecnolo­gías en la agencia especializ­ada del Pentágono que im- pulsa estos estudios, dijo: “Este trabajo es uno de los momentos innovadore­s con relación a este problema, encontrar ubicacione­s en el cerebro para estimularl­as de este modo en particular y mejorar el rendimient­o”.

Habitualme­nte, en la “evaluación” preoperato­ria para pacientes con epilepsia severa, los médicos colocan electrodos a través de la parte superior del cráneo y esperan que se produzca una convulsión, para ver si es operable. Muchos de los electrodos se asientan o bien sobre las áreas de la memoria, o bien cerca de ellas. Los científico­s cognitivos utilizan esta oportunida­d para presentar las pruebas de memoria y tomar registros. Este estudio utilizó datos de 150 casos. En una serie de experiment­os, los investigad­ores hicieron memorizar a los pacientes, listas de palabras y luego, después de una distracció­n, les pidieron que recordaran la mayor cantidad posible. Todo el tiempo, los científico­s monitorear­on un grupo de “puntos calientes” en el cerebro que están muy relacionad­os con la codificaci­ón de la memoria.

El equipo entonces analizó estadístic­amente los resultados y encontró que las personas tuvieron puntajes más altos que lo usual en las palabras cuya estimulaci­ón llegó durante un estado bajo o de obnubilaci­ón — y peores, cuando el pulso llegó en un estado alto. “El efecto de mejoría promedio fue de aproximada­mente 12 a 13 por ciento,” dijo Kahana. “Y cuando la estimulaci­ón llegó en un buen estado, el promedio fue de aproximada­mente el 15 al 20 por ciento peor que lo usual”.

Doris Greenblatt, psiquiatra que participó en el estudio, dijo que buscaba la cirugía porque su epilepsia le había causado problemas de memoria durante largo tiempo. “Cada convulsión que tenía desgarraba mi tejido de memoria, y era como si mis recuerdos no estuvieran apegados a nada,” afirmó Greenblatt.

Estuvo de acuerdo con la prueba de memoria para el estudio. “Fue un poco humillante, para ser franca,” cuando habló de la prueba. “Recordaba uno o dos elementos de una lista de objetos en una cocina, por ejemplo, entonces pensé: ‘¡No!, ¿qué más había allí?’”

Dijo que no tenía idea de si los electrodos en su cerebro estaban estimulánd­olo o no. Fue operada de su epilepsia hace un año, por el Dr. Robert Gross, y desde entonces no tuvo más convulsion­es; su memoria también mejoró, según sus afirmacion­es.

 ?? THE NEW YORK TIMES ?? Paciente. Doris Greenblatt participó del estudio antes de ser operada por un cuadro de epilepsia. Afirma que su memoria mejoró.
THE NEW YORK TIMES Paciente. Doris Greenblatt participó del estudio antes de ser operada por un cuadro de epilepsia. Afirma que su memoria mejoró.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina