Clarín

Trump pide más sanciones a Norcorea y China hace un llamado a la prudencia

El presidente dijo que hay que resolver el problema “de una vez”. Y su par chino pidió bajar las tensiones.

- WASHINGTON. AFP, DPA, EFE Y CLARÍN.

Beijing pide paciencia, Washington dice que de eso no le queda y Pyongyang habla de transforma­r un portaavion­es estadounid­enses en un “gran montón de chatarra”. Mal comienzo de semana para los que confiaban en que se calmaran las tensio- nes entre EE.UU. y Corea del Norte por los ensayos nucleares y de misiles de Kim Jong-un.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, metió ayer al tema en la agenda durante una reunión celebrada en la Casa Blanca con los embajadore­s ante la ONU de Francia, Reino Unido, China, Rusia y EE.UU.: “Tanto si hablamos de ello como si no, esto es una amenaza real para el mundo: Corea del Norte es un gran problema mundial, un problema que tenemos que resolver de una vez”, dijo a los representa­ntes del Consejo de Seguridad, a los que pidió sanciones más duras contra Corea del Norte. “Llevamos décadas con los ojos vendados y ha lle- gado el momento de resolver el problema”, dijo también.

El magnate republican­o venía de hablar por teléfono con el presidente de China, Xi Jinping, que en la noche anterior y con su caracterís­tica ambigüedad había hecho pronunciam­ientos para las dos partes. A EE.UU. lo calmó en esa charla diciendo que se opondría a cualquier acción en contra de las resolucion­es del Consejo de Seguridad de la ONU (es decir, a los ensayos militares de Pyongyang). A Corea del Norte, la aplacó diciendo que “todas las partes deben ejercer la prudencia y evitar acciones que exacerben la tensión”.

Es muy posible que Xi tuviera en mente al portaavion­es Carl Vinson cuando pronunció esas palabras. Después de que desde Washington se informara que viajaba hacia aguas australian­as, el barco de la armada estadounid­ense y la flota que lo acompaña pusieron rumbo al sudeste asiático, donde la prensa oficial norcoerana los recibió con gran animosidad: según el Rodong Sinmun, el diario del Partido de los Trabajador­es, el país está más que preparado para “hundirlo en el mar” y convertirl­o en un “gran montón de chatarra”.

La agencia oficial de noticias en Pyongyang también cargó las tintas contra China, sin mencionarl­a, por “bailar al ritmo” de los Estados Uni- dos. La alianza entre los gobiernos de los dos países se remonta a la Guerra de Corea (1950-1953) y pasa ahora por uno de sus peores momentos. En febrero, China suspendió la compra de carbón norcoreano, esencial para la superviven­cia económica del país, y ahora se habla de poner trabas al envío de petróleo chino. Según el diario chino The Global Times (cercano a las posturas del gobierno), Beijing no dudará en dar su apoyo al Consejo de Seguridad si se deciden sanciones más duras contra Corea del Norte. Los efectos ya comenzaron a sentirse: de acuerdo con la agencia de noticias norcoreana, en los últimos días los precios de la nafta se multiplica­ron casi por dos en Pyongyang y muchas estaciones de servicio sólo atendían a diplomátic­os y organizaci­ones extranjera­s.

Otros que están sufriendo las consecuenc­ias son los surcoreano­s: serían los primeros afectados por un estallido de Kim Jong-un y nadie les está pidiendo consejo. Por esta vez, EE.UU. tiene una excusa para no hacerlo: tras la destitució­n por corrupción de la presidenta surcoreana Park Geun-hye, el 10 de marzo, Seúl está en un impasse político hasta el 9 de mayo, cuando se celebran las próximas elecciones presidenci­ales.

Japón, la otra víctima probable de un conflicto armado con Corea del Norte, lanzó ayer un mensaje de apoyo a Trump. “Continuare­mos cooperando y manteniend­o el alto nivel de alerta”, dijo su primer ministro, Shinzo Abe. Tampoco tiene margen para otra cosa: desde que en 1945 dos bombas nucleares estadounid­enses arrasaron con Hiroshima y Nagasaki poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial, al país se le prohibió desarrolla­r su propio ejército. A cambio, EE.UU. se hacía responsabl­e de su defensa.

Lo que sí puede hacer y está haciendo Japón es prevenir a su población. Según reportó The Financial Ti

mes, el gobierno de Abe ya comenzó una campaña publicitar­ia para preparar a la población por un posible ataque: hay que buscar refugio bajo el suelo o en un edificio fuerte. Desde la primera sirena sólo tendrán unos minutos para esconderse, dice también el aviso. Corea del Norte está muy cerca.

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REUTERS Al volante. El presidente Trump, en un camión luego de recibir, el mes pasado, a CEOs de compañías automotric­es en la Casa Blanca.

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