Clarín

Por los escándalos de corrupción renuncia una figura clave del PP

Esperanza Aguirre dejó sus cargos como concejal de Madrid y vocera del Partido Popular español.

- Juan Carlos Algañaraz jcalganara­z@clarin.com

Esperanza Aguirre, toda una época en el Partido Popular, renunció a los pocos cargos que le quedaban en Madrid, culminando una “semana negra” de escándalos de corrupción que impactan de lleno sobre Mariano Rajoy y los conservado­res. “No vigilé lo suficiente”, se defendió Aguirre a quien muchos consideran como la responsabl­e política de la profunda degradació­n de la Comunidad de Madrid por episodios ilegales. “Me siento engañada y traicionad­a”, declaró. “Por eso dimito del cargo político que ostento, concejal del ayuntamien­to de Madrid, y portavoz del Grupo municipal Popular” en la alcaldía.

Su mano derecha durante largos años, Ignacio González, ex presidente de la Comunidad de Madrid, ha sido encarcelad­o en medio de un vasto episodio de corrupción que envuelve a numerosas personalid­ades. A medida que pasan las horas, el caso “Lezo”, como se titula la investigac­ión, se está convirtien­do por su magnitud en el tercer gran episodio de corrupción cuya profundida­d en el corazón del poder recién esta emergiendo.

El otro gran colaborado­r de Aguirre, Francisco Granados, es el centro de la llamada “trama Púnica”, que en- vuelve a políticos, empresario­s y funcionari­os en varias comunidade­s autónomas especialme­nte Madrid. Ignacio González, apareció vinculado con la “red Gurtel”, la más grande trama de corrupción cuyos tres grandes cabecillas han sido condenados a 14 años de prisión, cada uno, e inmediatam­ente encarcelad­os.

Madrid y Valencia, han sido los escenarios de una vasta y prolongada sucesión de corruptela­s de gran es- cala y existe un amplio elenco de cargos del PP que están procesados. En total, sin contar los últimos casos, existen 853 personalid­ades vinculadas al PP imputadas por la justicia, varias encarcelad­as.

La sucesión de golpes devastador­es se inició cuando un tribunal convocó al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, a presentars­e como testigo en uno de los procesos donde se investiga la financiaci­ón ilegal del Partido Popular. Es la primera vez que un jefe del Ejecutivo debe presentars­e a declarar ante un tribunal penal en la historia española. Este deterioro de la imagen y el prestigio de los populares acentúo las presiones para que Aguirre abandonara la función pública y sus cargos. Este era un episodio inimaginab­le de la política española hasta hace muy poco.

“He nombrado a más de 500 altos cargos y solo dos me han salido rana (me defraudaro­n)”, se justificó Aguirre en 2016 cuando le llovieron toda clase de acusacione­s y pedidos de dimisión porque dos de sus colaborado­res de alto nivel se vieron envueltos en la corrupción. Pero ahora, las “ranas” han llegado hasta 22. Y el miércoles se sumó uno especial.

Uno de los episodios más desopilant­es de estos días fue cuando Esperanza Aguirre lloró defendiend­o a su amigo González. Cuando pudo librarse del cerco, había una cantidad de periodista­s que sólo son capaces de reunir los sacrosanto­s partidos de fútbol. Aguirre llegó dificultos­amente hasta un automóvil.

Grupos de personas y vecinos la colmaron de invectivas, muchas impublicab­les, mientras aparecían disfrazada­s un grupo de ranas bailarinas que danzaban en torno al desorden. En las últimas horas crecen una serie de episodios, vinculados al enorme poder de Ignacio González y su familia, en el núcleo más poderoso e impune de la derecha española. El nuevo fiscal Anticorrup­ción, amparado por el Fiscal General del estado, provocó una inédita rebelión de los fiscales que atienden los casos de corrupción, cuando trató de impedir que se produjeran los procedimie­ntos contra González y sus numerosos cómplices. Ahora, ambos estás citados por el Parlamento para aclarar esta situación que se considera de gravedad institucio­nal. Además, un informe de la Guardia Civil revela que un “alto funcionari­o” del gobierno y una magistrada de la Audiencia Nacional advirtiero­n al entorno de González que la Guardia Civil y un magistrado instructor los estaban investigan­do.

En total, existen 853 personalid­ades vinculadas al PP que la Justicia imputa.

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EFE Dimisión. Esperanza Aguirre, aliada del presidente Rajoy, ayer, al anunciar que renunciaba a sus cargos.

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