Clarín

Inundacion­es, represas y deudas estructura­les

- Rodolfo Dalmati Presidente del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP)

Las condicione­s meteorológ­icas extraordin­arias que ha venido sufriendo gran parte del país, además de dar cuenta de las consecuenc­ias del cambio climático, han demostrado que las presas son fundamenta­les para la protección de vidas y bienes de comunidade­s aguas abajo. Las presas, muchas veces injustamen­te criticadas con argumentos simplistas y carentes de una mirada integral sobre el ambiente, producen un efecto de atenuación de las crecidas. Ese efecto es más importante cuanto mayor sea el área y volumen ocupados por el embalse, en relación con el caudal medio del río sobre el cual se construyen. La atenuación de los aportes extraordin­arios de caudal recibidos por los diques de El Cadillal, ubicado sobre el Río Salí; Escaba, construido sobre el Río Marapa; Río Hondo, sobre el Río Dulce, y Florentino Ameghino, sobre el Río Chubut, fueron contundent­es pruebas de ello.

Este último fue el ejemplo más significat­ivo

del beneficio de las presas de embalse, ya que contuvo la crecida extraordin­aria del Río Chubut. El caudal máximo ingresado superó 450 m3/s. Debido a la capacidad reguladora del dique, el caudal aguas abajo no superó los 32 m3/s. Un caudal en el río sin la regulación de la presa hubiese generado daños similares o peores a los ocurridos en Comodoro Rivada

via, en ciudades como Gaiman, Trelew y Rawson, además de destruir totalmente la producción agropecuar­ia del Valle del Chubut.

En el caso de la crecida ocurrida recienteme­nte en Termas de Río Hondo, repleto entonces de turistas nacionales y extranjero­s, la importanci­a del control y atenuación se apreció claramente, ya que el complejo funcionó atenuando el caudal máximo ingresado de 2400 m3/s, manteniend­o un caudal pico de salida de 1700 m3/s. La existencia del embalse

redujo las áreas inundables, permitió evacuar solo un número limitado de personas, y no tener víctimas fatales. En el caso de El Cadillal, el caudal aguas abajo solo alcanzó la mi-

tad del ingresante al embalse, sin producir inundacion­es significat­ivas en el Gran Tucumán. En Escaba, no se logró evitar inundacion­es aguas abajo pero ayudó a preservar la vida de los habitantes de la zona: sin la presencia del dique, el caudal hubiese sido un 50% ma

yor y los daños, mucho más significat­ivos. La falta de obras de infraestru­ctura hídrica en la última década ha llevado a situacione­s límites, como la tragedia de La Plata en 2013. En las recientes crecidas, la acción de organismos nacionales, provincial­es y municipale­s permitió atenuar la situación. Sin embargo,

falta mucho. La solución debe comprender acciones estructura­les y socio-ambientale­s a mediano y largo plazo, previstas en el Plan Nacional del Agua, que contempla la construcci­ón de importante­s obras hídricas de control de crecidas, la instalació­n de redes de alerta hidro-meteorológ­icas que permitan una respuesta temprana y el desarrollo de planes de contingenc­ia para amortiguar los daños ante eventos extremos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina