Con el futuro en juego, Aguirre saca a Torrico en un riesgoso golpe de efecto
El DT uruguayo, cuya continuidad depende del partido de hoy, deja en el banco al arquero que es ídolo del club.
Hoy, cerca de la medianoche, cuando el árbitro uruguayo Daniel Fedorczuk pite el final del partido entre San Lorenzo y Universidad Católica, sólo habrá dos escenarios posibles bajo el cielo en el Nuevo Gasómetro: el de una ilusión a prueba de toda lógica por una victoria o el de una frustración abosluta por una caída o un empate, que inevitablemente traerá sus duros coletazos. Así, sin tonos de grises, está planteado el duelo ante los chilenos para los de Boedo, que se juegan su última carta en esta Libertadores sin Sebastián Torrico, el arquero icónico de estos años ganadores del club, que no jugará por una decisión del técnico Diego Aguirre.
Está claro: para San Lorenzo es todo o nada. Pero esta historia tiene un un elemento más que ayuda a pintar el panorama que se vive por el Nuevo Gasómetro: este podría ser el último partido de Aguirre en el cargo. “Este encuentro será determinante”, le comentaron a Clarín desde las oficinas de Boedo. Es que la floja campaña en esta Libertadores (que se suma al bajón del equipo en el torneo local) hace que al uruguayo se lo mire de reojo, y un resultado adverso ante la Católica podría adelantar los plazos de su salida (su contrato con el club finaliza en junio de este año).
Para el partido de esta noche Aguirre sólo realizará un cambio con respecto a los once que vienen de perder con Temperley: Nicolás Navarro será el titular en lugar de Torrico, el arquero de las atajadas milagrosas. La decisión es cuanto menos extraña: al equipo se le critica su falta juego asociaciado pero la modificación que planea el uruguayo involucra al futbolista que nada tiene que ver con la creación. Es cierto: el presente del mendocino no es el ideal, con dos errores en el pasado cercano, ante la Católica en el partido de ida (tarda en tirarse en el gol de Buonanotte) y ante Temperley (no logra contener el remate de Di Lorenzo). Pero también es cierto que en más de una ocasión San Lorenzo se hizo gigante gracias a Torrico. Esta será, al cabo, la primera vez desde que el Cóndor está en Boedo que verá un partido desde el banco de suplentes por un bajón futbolístico, ya que todas las demás ocasiones en las que faltó lo hizo para descansar en medio de alguna rotación del entrenador de turno. Sus números, en definitiva, lo respaldan: en total tiene 166 partidos oficiales con la camiseta azulgrana, en los que le convirtieron 158 goles, o sea, menos de uno por encuentro. Es más: su mejor promedio precisamente lo tiene por torneos internacionales, en los que suma 41 partidos y le marcaron 34 tantos (en torneos locales tiene 113 goles recibidos en 112 encuentros, y en Copa Argentina le hicieron 11 en 13). Con su contrato finalizando a mitad de año, ¿qué será de su futuro? Si bien hace un par de semanas su renovación parecía un hecho, esta decisión abre un gran signo de pregunta, uno que la dirigencia azulgrana deberá encargarse de aclarar.
Las cartas están sobre la mesa. Hoy, San Lorenzo se jugará gran parte de su futuro inmediato, ya que si bien un empate no lo dejará eliminado, la clasificación para los octavos será virtualmente imposible y sólo le quedaría pelear por el tercer puesto del Grupo, que le daría el pase para la Copa Sudamericana, una especie de premio consuelo si se tiene en cuenta las expectativas que se habían puesto a principios de año en el club. Cerca de la medianoche, al cabo, se sabrá.