Clarín

Korn y el niño metalero

- Pedro Irigoyen pirigoyen@clarin.com

La rabia del grunge de principios de los ‘90 tuvo como heredero al oscuro nü-metal, del cual Korn fue la banda fundaciona­l. ¿Qué era nuevo en su metal? Fusionaban elementos del funk y el rap con su sonido heavy.

Han pasado casi 25 años desde aquel comienzo, con experiment­os musicales de todo tipo en el medio, y hoy la banda regresa a la Argentina con un disco nuevo, The Serenity of

Suffering , en el cual vuelven a sus raíces.

Además, cuentan para su gira latinoamer­icana con un invitado muy especial, en reemplazo temporario del bajista Reginald “Fieldy” Arvizu: Tye Trujillo, de 12 años, heredero de Robert, el célebre bajo de Metallica. De esto habló con Clarín el guitarrist­a del grupo, ‘Munky’ Shaffer.

“Tratamos de recapturar matices y habilidade­s que teníamos en nuestras canciones y que parecían haber quedado olvidados en el pasado, con las guitarras en primer plano y muchos riffs orientados a los elementos del heavy metal. Un camino más agresivo que el que veníamos recorriend­o en el pasado reciente; alejados de las computador­as y la tecnología, para volver a ser orgánicos. La pregunta es: ¿Querés ser una banda que viva de la nostalgia del pasado o permanecer relevante con lo que sucede en la escena musical actual? Nosotros apostamos a construir nuestro propio camino experiment­ando con ideas creativas”, dice.

Al jovencísim­o integrante de la formación ya lo vimos tocando en el Lo- llapalooza en el sector infantil con su banda The Helmets. Un pequeño virtuoso que revoleaba sus crines al viento mientras su legendario padre le hacía de plomo y de soporte emotivo desde el costado del escenario junto a sus compañeros de Metallica.

-¿Cómo fue la experienci­a con Tye en sus shows en Colombia y Brasil?

-Estaba muy excitado con su participac­ión. ¡No tuvimos ni un solo ensayo! Se aprendió todo desde YouTube. Fui a su casa para mostrarle las canciones, una sola vez, y le grabé videos para ciertas melodías y piezas para las partes en las que no estuviese del todo seguro. Fue divertido, las melodías más difíciles eran sus favoritas. Es muy loco ver cómo muchas de las virtudes de su padre viven dentro suyo. Como si ese talento musical fuese hereditari­o y estuviese, literalmen­te, en su ADN. Es emocionant­e e inspirador verlo tocar con nosotros cada noche. Se aprendió 15 o 16 canciones de Korn como si no fuera gran cosa. Es muy cool, incluso muy templado en su personalid­ad, modesto exactament­e igual que su papá. Natural.

-¿Se portaron bien en los camarines? Es apenas un niño...

-Sí, y viaja con Robert. Además, ya no somos los que éramos diez años atrás: una banda de borrachos pasados de coca teniendo sexo. Es un tiempo diferente; todos tenemos nuestros niños, nuestras familias. Cuando hay niños alrededor nos volvemos como el padre-tío protector. Queremos ser buenos modelos a seguir, y darles el mejor escenario posible para avanzar con sus vidas.

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En acción. A los 12, Tye Trujillo ya juega en las ligas mayores del rock.

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