Clarín

No nos sigan prestando, por favor

- Jorge Lanata

El Presidente se perdió la oportunida­d de llamar a un acuerdo que permita acomodar las cuentas. Nunca un gobierno me dijo tanto que estoy bien, pero no me doy cuenta. Me siento un tarado.

La ley habla de “personas”, pero seguro podría ampliarse. La presentaci­ón debe ser personal y voluntaria, junto a dos fotos carnet y copia del DNI. El trámite es gratuito. El programa se llama “Autoexclus­ión de salas de juegos de azar”; allí se anotan los ludópatas para que, durante dos años renovables, no los dejen entrar en los casinos. Si lográramos anotarnos como “país” en los organismos de crédito y los bancos, quizá, por un tiempo, dejarían de prestarnos dinero.

“Por favor, no sigan prestándon­os”, podría agregarse, escrita a mano, una notita con tono dramático abrochada con un clip.

La discusión de shock o gradualism­o que apareció hace mas de un año nos llevó a la misma trampa: Argentina sigue gastando

más de lo que gana. Algunos números publicados por Ismael Bermúdez en este diario: “En 2016, la deuda pública creció en U$S 35.000 millones (…) El total de la deuda contraída con organismos públicos, multilater­ales y acreedores privados llega al 60% del PBI”, sigue Bermúdez en el suplemento Económico del domingo. “Se estima que durante 2017 el endeudamie­nto público podría pegar otro salto similar atento al déficit fiscal estimado para este año ( más del 6% del PBI) y la mayor carga financiera. En proporción al PBI, la deuda volvió a subir del 38,7% en 2011 hasta el 53,6% en 2015, para aproximars­e al 60% en 2016. En ese período, la economía se mantuvo estancada y sufrió dos fuertes devaluacio­nes (comienzos de 2014 y fines de 2015). Esta deuda no incluye lo que adeudan las Provincias y tampoco la deuda del Banco Central en LEBAC en pesos y moneda extranjera .En tanto, aumentó el peso de los intereses en el gasto público. Según la Asociación de Presupuest­o (ASAP), en los primeros tres meses de este año, y con relación igual periodo de 2016, la cuenta de intereses aumentó un 60%, unos 20 puntos por encima de la inflación”.

Queremos dejar de fumar con un pucho apagado en la boca: ¿cuánto vamos a tardar en prenderlo? Y ¿cuánto tardará, otra vez, en repetirse el Mito del Eterno Retorno?. Es decir, aumento de los intereses, reticencia a nuevos créditos, intervenci­ón en decisiones de política económica interna, default.

Las explicacio­nes del gobierno al público han sido, hasta ahora botánicas: nos hablan de brotes verdes que parecen pertenecer más a la física cuántica que a la clásica: sólo algu

nos los ven. Nunca ningún gobierno me dijo tantas veces que yo estaba bien, pero no me daba cuenta. A esa altura me siento un tarado (Con razón siempre me decían: “Yo se lo que te conviene…”).

Hace mas de un año y medio el Presidente se perdió la oportunida­d de convocar a un acuerdo que permitiera acomodar las cuentas. En estas mismas páginas lo propusimos. ¿Podrá repetirse una segunda oportunida­d en octubre si se impone en las elecciones? Estuvo hasta ayer en Buenos Aires, invitado por el Senado, Ramon Tamames, uno de los gestores del Pacto de la Moncloa y firmante de la Constituci­ón Española de 1978, ex legislador del Partido Comunista (daba cierta vergüenza ajena escuchar a un ex miembro del partido comunista español y compararlo con sus pares argentinos, siempre veinte o treinta años detrás del almanaque). Tamames dijo al aire de Radio Mitre:

-Teníamos que hacer algo, la inflación había superado el 20% y los aumentos por los que presionaba­n los sindicatos estaban desfasados, llegaban al 25%.

Tamames hablaba de España a fines del 77. De La Moncloa participar­on todos los partidos políticos con representa­ción parlamenta­ria:

“Ha sido motivos de especial consenso la necesidad de que los costes derivados de la superación de la crisis sean soportados equitativa­mente por los distintos grupos sociales, así como la democratiz­ación efectiva del sistema político y económico que los hará de comportars­e para su aceptación por el conjunto de la sociedad”, dice el apartado “Criterios Previos”.

El acuerdo es extenso y muy diverso. Incluye “limitación y ejemplarid­ad de los gastos del Estado revisando todos aquellos cuya existencia no se justifique de modo estricto y en línea con el esfuerzo que se solicita a todos los españoles”, “orientació­n prioritari­a del gasto publico para el fomento del empleo”, “mayores aportes al seguro de desempleo”, reducción de los costes de trabajo para empresas”, “moderación de los ritmos de aumento de la masa monetaria”, “contener el alza de los precios y lograr que en 1978 no aumenten mas del 22% anual”, “crecimient­o de la masa salarial hasta un 20%”, “transforma­ción del marco actual de relaciones laborales”, “modificaci­ón del estatuto de la empresa pública”,etc., etc.

Lo que España discutía entonces era un paso histórico: de la España rural de Franco a la modernidad de Europa. Le pregunte si la Moncloa fue una mesa en la que todos perdían. Tamames dijo que no, se ganaba y perdía de manera equilibrad­a. Tal vez eso nos permitiría salir de la espiral que armamos hace tanto tiempo.

 ??  ?? Pacto de la Moncloa. El 25 de octubre de 1975 se firmaron en Madrid dos acuerdos políticos, económicos y jurídicos, en plena transición española.
Pacto de la Moncloa. El 25 de octubre de 1975 se firmaron en Madrid dos acuerdos políticos, económicos y jurídicos, en plena transición española.
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