La trama de La Rosadita
Es Jorge Cerrota, quien apuntó contra Pérez Gadín. El financista Carradori, en cambio, negó conocer a Lázaro.
El ex director de la SGI, conocida como “La Rosadita”, Jorge Cerrota, dio detalles al juez sobre el plan de Báez para lavar dinero. Una financiera, una cooperativa y un banco fueron la estructura del empresario de máxima confianza de los Kirchner para lavar, según el arrependito Leonardo Fariña, 77 millones de dólares. Cerrota apuntó contra el abogado de Lázaro Báez, Pérez Gadín.
Una financiera, una cooperativa y un banco. Esa era la estructura que Lázaro Báez buscó construir para lavar dinero. Las operaciones fueron durante varios meses y en el entramado participaron Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco (contador y abogado de Lázaro respectivamente). Así lo confirmó esta semana uno de los directivos de SGI -más conocida como La Rosadita- en su declaración indagatoria. Por su lado, Santiago Carra-
dori, financista clave, negó todas las acusaciones ayer ante el juez Sebastián Casanello. El arrepentido Leonardo Fariña lo había señalado como un nexo con los bancos suizos, respecto a las 139 operaciones por 20 millones de dólares que confirmó Suiza, vinculadas al empresario preso.
“Me contactó un amigo para decirme que habían dado con un cliente importante, que estaban armando un grupo de trabajo para las finan
cieras. Entonces nos reunimos con Pérez Gadín”, dijo Jorge Cerrota, ex directivo de SGI. Así nació lo que sería una estructura que permitió lavar, según Fariña, 77 millones de dólares.
Báez y su grupo querían una financiera para que operara descontando cheques con recursos propios, y una cooperativa de crédito “que obtuvo las autorizaciones para otorgar créditos al sector público y privado”, contó el ex director de SGI.
La financiera que compraron era la que perteneció a Federico Elaskar, donde se lo vio a Martín Báez contando 5 millones de dólares. Cerrota dijo que en La Rosadita descontaban cheques de clientes con recursos personales y luego vendían los cheques “a los bancos donde tenían buenas líneas de crédito”, señalaron a Clarín fuentes judiciales. Cerrota reconoció que Pérez Gadín quería fusionar SGI Panamá con la local con vistas a tener un banco ( iba a ser Finansur pero nunca se concretó y después terminó adquiriéndolo Cristóbal López). Como Cerrota tenía contactos en el
Banco Central, querían que ayudara con la adquisición de la financiera.
Ya como directivo de SGI, Cerrota asistió a una asamblea en la que Elaskar, Chueco y Pérez Gadín ha
blaban todo ellos, sin interactuar con el resto del directorio.
Santiago Carradori pasó ayer por el juzgado y aceptó declarar. Fariña había dicho que él fue el nexo con los bancos suizos, y que fue quien quedó relacionado con Pérez Gadín y Chueco, quienes figuran operando fondos en España. “Báez era una persona conocida, entonces las sociedades españolas servían para ocultarlo
y mover dinero”, declaró Fariña. Una de ellas, “Samber and Tarex Spain SL”, recibió 6,5 millones de dólares en diez días de 2011. Pero Carradori negó todo: “es falso que haya viajado” a Europa con Báez, Pérez Gadín y Chueco, insistió, y dijo que nunca fue directivo de la firma española, pero que Fariña lo contactó para armar un fidei
comiso. Carradori dijo que no conoce a Báez ni a sus hijos y que nunca manejó dinero de ellos, y desconocía todas las maniobras que contó Fariña. Pero admitió la relación con Pérez Gadín y Chueco, actores clave en las maniobras de lavado investigadas.