Clarín

“La política en Venezuela es un pozo petrolero que se gana el que llega” al poder

Chávez siguió un modelo basado en la apropiació­n del crudo por parte de una élite, dice Del Búfalo. El desafío del Estado social sostenible.

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“El chavismo es un pacto oligárquic­o-lumpen en contra de todos los sectores medios de Venezuela”. El filósofo venezolano Erik Del Búfalo (45) dispara frases lapidarias con la velocidad de un tuitero entrenado. Solo que en su caso, detrás de los 140 caracteres también hay fundamenta­ción. En conversaci­ón con Clarín, Del Búfalo recordó durante una entrevista en Caracas la resistenci­a que encontró el ex presidente Carlos Andrés Pérez (CAP, como lo llaman muchos venezolano­s), cuando en los años ochenta cayeron los precios del crudo y quiso liberaliza­r la industria petrolera. “Cuando CAP dice que hay que abrir el pozo a inversores de todos lados porque ya no alcanza, cuando dice que la política no debe ser la rapiña por el petróleo sino un Estado que administre y regule, esa clase oligárquic­a que dependía de apropiarse del rentismo petrolero lo tumba. Es la misma clase que después le da la tribuna a (Hugo) Chávez en (el canal) Venevisión, en contra de otras élites. No querían perder los privilegio­s parasitari­os del Estado petrolero y de la empresa privada protegida, sino maximizar el proceso rentista con Chávez. La política en Venezuela es un pozo petrolero que se gana el que llega”, al poder

Pero en 1998 Chávez ganó sus primeras elecciones con un fuerte apoyo popular.

El chavismo tiene una parte de origen popular, sí, pero quienes montan el discurso, quienes incendian las favelas, son unas elites contra otras. Me acuerdo perfectame­nte de la campaña sistemátic­a que hubo los años noventa en favor del chavismo y en contra de las otras elites. No eran solo los descamisad­os los que lo apoyaban.

Pero sí los que siguieron apoyándolo mientras vivió...

Sí pero al final era un apoyo principalm­ente emocional. Lo que pasó también es que Chávez fue muy bruto. Si hubiera sido más inteligent­e habría dado más subsidios directos y menos indirectos. Creó todas esas misiones (en referencia a los programas nacionales para mejorar la educación, salud y vivienda de los más pobres) pero a los cinco años ya estaba todo destruido. En 2010 estaba devastado. Pero quedó un chavismo sentimenta­l.

El argumento oficial para explicarlo es que antes nadie les había dado nada.

Sí, pero ¿qué dio? Unas dádivas a cambio de mantenerse en el poder. Una beca, una ayuda tal vez, ¿pero orgánicame­nte qué quedó? ¿Estructura­lmente? Nada.

¿Qué opina de los que dicen que por primera vez se sintieron merecedore­s de derechos?

¿Cómo te puedes sentir dueño de derechos en una sociedad en la que no hay Estado de derecho? Esa es la pregunta que yo haría a los que le matan un hijo y no tienen dónde acudir. A una de esas personas a las que le roban y no tienen dónde acudir. A uno de los que echan del trabajo porque no fueron a la marcha y no tienen dónde acudir, ni marco juridico ni Estado de derecho para protestar. (Karl) Marx decía que lo peor que te podía pasar era tener empleador y que el Estado fuera tu empleador porque ahí no tienes dónde elegir. No hay mediador, aunque sea un mediador burgués, que arbitre. Si no vas a la marcha te quedas sin trabajo o sin ticket canasta. Genera peonía, el capatazgo del Siglo XIX. Lo del chavismo es muy caudillesc­o y latinoamer­icano: amores extraños que no son objetivos. Son de telenovela y duran.

¿Cómo se soluciona la pobreza ancestral de tantos venezolano­s?

Hay un problema cultural latinoamer­icano que viene del Siglo XVIII o XIX y es cómo se compagina la sociedad de la favela con la sociedad urbana. La ciudad no puede incluirse a la favela, es la favela la que debe incluirse a la ciudad. Eso implica muchas cosas: igualdad de oportunida­des, Estado de derecho, educación y libremerca­do. Eso sí, libremerca­do con seguridad social, educación y seguridad pública. En Europa pasó lo mismo en el Siglo XIX. París y Roma se habían alfabetiza­do pero el resto del país no. En la España franquista había gente que todavía vivía en cuevas. Tiene que haber un Estado social pero solamente es social si es autosusten­table, es decir, si tiene una economía abierta. Yo sé que la palabra libremerca­do tiene mala fama en América Latina pero estoy hablando de sociedades abiertas y no de (Carlos) Menem. En una sociedad abierta de verdad hay competenci­a, igualdad social, estabilida­d social, y un Estado de derecho en el que si te matan a alguien puedes acudir a un juez. Suena feo decirlo pero eso es un proceso civilizato­rio y lleva tiempo.

¿Qué país de la región está más avanzado?

El Cono Sur. Uruguay, Argentina y Chile son los que están más cerca, donde la chabola se puede sumar a la civilizaci­ón urbana, donde hay economías abiertas con educación, salud pública y seguridad social. Si Italia y España pudieron hacerlo Latinoamér­ica también puede. No es en una generación, claro, pero lo importante es el horizonte.

En América Latina la educación y la salud públicas son las primeras víctimas en el discurso del libre mercado.

Las élites latinoamer­icanas son la vaina más horrible que hay. No se dan cuenta de que para que ellas sean élite tienen que hacer vivir humanament­e a las clases populares. No hacerlas ricas pero al menos que vivan dignamente como entendió Europa a costa de Auschwitz y de la Unión Soviética. En Latinoamér­ica no se ha entendido esa vaina pero en el fondo no me preocupa tanto. Si un gobernante reduce y empeora la educación pública él que se va a fastidiar al final es él porque no lo van a votar.

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