Ayer renunció la presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social. Y Moody´s le bajó la nota.
Temer suma problemas, pero la oposición aún no logra escoger un sucesor
El presidente Michel Temer se topa con dificultades para hacer pie en medio de un mar furioso. Pero los partidos políticos, especialmente la socialdemocracia (PSDB) y el PT tampoco logran equilibrar el barco. Estos último no logran el consenso suficiente para definir quién reemplazaría al jefe de Estado en caso que, por una u otra vía, éste resultara en breve alejado del poder. Esta es, en gran medida, la razón que consolida la “sobrevida” del gobernante. Lo cierto es que para Temer, cada día hay un desa- fío diferente que pone en jaque su estrategia. Este viernes a última hora trascendió la renuncia de la presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
La salida de María Silvia Bastos Marques no es un detalle. Sobre todo porque la institución está bajo sospecha de “favorecimientos” extremos a muchas de las empresas que están en la causa del Lava Jato y, también, al frigorífico JBS cuyo dueño, Joesley Bastista, delató al presidente Temer como involucrado en casos de soborno. Se sabe que Bastos estaba bajo presión de aquellos empresarios que vivieron, durante largo tiempo, de jugosos créditos subsidiados del BNDES. La acusaban de “frenar” los proyectos financiados por esta entidad. Los de Odebrecht solían tener una especie de “cuenta corriente”, al igual que muchas otras constructoras o compañías como la de los Batista. No fue el único percance que experimentó el jefe de Estado. El titular de la Procuración General de la República (PGR), el fiscal de fiscales Rodrigo Janot, pidió al juez Edson Fachin de la Corte Suprema que lo autorice a indagar al gobernante. Afirma, en su presentación, que el presidente brasileño “confirmó” el diálogo mantenido con empresario Joesley Batista (el 7 de marzo último en la residencia oficial en Brasilia) y que fue grabado por este último. Representa, sostuvo el procurador, “una confesión extrajudicial”.
Todo esto apunta en la dirección de una creciente gravedad en la crisis política e institucional que envuelve a Brasil. Tanto es así que la calificadora de riesgos Moody´s colocó la nota del país en negativo: “Ba2”, cuando hasta el jueves se mantenía en estable. La consultora internacional sostuvo que la alteración es resultado de las incertidumbres políticas que “comprometen” la agenda de reformas a ser votadas en el Congreso, con lo que afecta negativamente la recuperación económica del país y el ambiente de negocios. Con estos elementos que alteran los tiempos de la famosa “sobrevida”, nuevas estrategias fueron pensadas por el núcleo fuerte del gobierno para frenar las po- sibles vías de alejamiento presidencial. Indicaron, por ejemplo, que si Temer fuera desplazado del poder por la Corte Electoral, a partir de anular el mandato de Dilma-Temer, fórmula que triunfó en las elecciones de 2014, habrá apelación tras apelación de la defensa del actual presidente. Estiman que en ese proceso podrían demorar una sentencia definitiva al menos hasta octubre próximo. Juegan también con otra posibilidad: que algún juez electoral de esa Corte pida “revisar” el proceso, con lo cuál el juicio no comenzaría como se supone el 6 de junio próximo.
Por el lado de las fuerzas políticas, que cuentan a la hora de los votos en el Congreso, no hay decisiones claras. El PSDB, el partido socio de Temer en el poder, sabe que su alejamiento significaría la caída inmediata del mandatario. Pero como busca entronizar en la presidencia de Brasil a alguno de sus miembros, por la vía de la elección indirecta –en manos de los parlamentarios-- tiene dificultades para conseguir los votos
entre los partidos mayoritarios: de un lado el Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) del propio Temer y del otro el PT, de Lula da Silva. Les falta también unidad dentro de la propia socialdemocracia. Ayer, el PSDB paulista, representado por el gobernador Geraldo Alckmin y por el intendente Joao Doria, dijeron que estarían de acuerdo en una salida que represente tener a la cabeza del Ejecutivo al ex presidente Cardoso.