Volvió la moda de las fiestas de 15 años y les ganan en producción a los casamientos
Con shows, ambientaciones y cambios de vestuario, un evento estándar arranca en $ 300.000 y puede superar el millón. Se calcula que ya hay tantos festejos de cumpleaños como bodas.
Melany tuvo dos shows, luces láser, dos vestidos, y una producción fotográfica en la playa. Oriana eligió una pista luminosa, dos pantallas gigantes, banners, y fotos en un parque “medieval” con cuatro cambios de vestuario. No pertenecen a la alta sociedad, ni viven en un country. Son dos chicas de Lanús que hicieron su fiesta de 15 en un salón de Lomas de Zamora.
Hace unos años, con la mayor facilidad para viajar a Disney, las fiestas de 15 parecían haber entrado en un ocaso. Pero ahora, volvieron con todo. “Son las más grandes del mercado. En producción, despliegue y tecnología, superaron ampliamente a los casamientos y los bar mitzvah. Ya es la fiesta más importante dentro
de los eventos sociales”, asegura Silvia Amarante, presidenta de la Asociación de Eventos de la Argentina (AOFREP). No existen estadísticas, pero ella calcula que hay el mismo número de cumples de 15 que de bodas. En el salón Sitio Palermo, de ese barrio porteño, en lo que va de mayo tuvieron a cinco quinceañeras y so- lo un matrimonio. Dicen que “casi no hay casamientos” y calculan que tienen un 80% de fiestas de 15 y un 20% de bodas. Exactamente el mismo porcentaje manejan en San Roque Eventos, en Ramos Mejía. “Las fiestas de 15 son muchísimas más”, aseguran.
Una fiesta “estándar” hoy ronda los 300.000 pesos. Una con más detalles puede superar el millón. “Cada cosa que le agregás, te suma. Puse dos banners de 15 metros cada uno. Le pusieron un foco para iluminarlos, y me lo cobraron”, describe Silvina Gómez, la mamá de Oriana. “A mi hija no le gustaba el show del salón. Contratamos otro y tuvimos que pagar 10.000 pesos de canon aparte, más lo que nos cobró la banda”, agrega Patricia Hardmeier, madre de Melany.
A diferencia de las bodas --donde ya es habitual dar los datos de la cuenta bancaria-- en “los 15” se suele regalar ropa de moda. O sea, no hay dinero que vuelva. Y la inversión incluye a proveedores de todo tipo, cada vez más volcados a este negocio. Por ejemplo, las fiestas de 15 son el 90% del mercado de la empresa Ambientart y el 80% del estudio fotográfico Piñeiro Producciones.
“Acá llega una nena y se va una
modelo”, lanzan en Piñeiro. Es que el estilo inocente o romántico quedó en el olvido y ahora se imponen los eventos temáticos, con onda boliche, o inspirados en la fiesta electrónica Tomorrowland. La tecnología se aplica a muchas cosas, como shows o trajes con luces LED, hologramas con la imagen de la chica que dan la bienvenida al salón, o cortinas de agua donde se proyecta un video.
“La inversión es mayor. Las fiestas de 15 pasaron a los casamientos, porque en las bodas los novios no llegan a pagar el departamento y la fiesta”, opina Gustavo Duarte, dueño de Ambientart. Y agrega: “Esto incluye a todas las clases sociales: es más importante el cumple de 15 que la boda”. Pablo Somoza, socio-editor de la revista especializada Tweens, coincide: “Las chicas dicen ‘papá, quiero esto’. Ellas no corren con el tema de la plata. Están súper informadas, quieren lo último, y no lo mismo que sus amigas”.
¿Por qué otra vez este auge? “La comercialización de los rituales no es nueva. Existe desde la Navidad en adelante”, analiza Carolina Duek, doctora en Ciencias Sociales de la UBA e investigadora del CONICET. “Es una presentación en sociedad de las chi- cas en la que se ponen en juego muchas cosas. Las aspiraciones de los adultos, las representaciones que tienen las chicas de su entorno y sus expectativas. También se ponen en juego los límites de las posibilidades económicas: hay muchas familias que se endeudan muchos años para hacer una fiesta de 15. Creo que tiene un poder muy fuerte respecto de la mirada de los otros”, continúa.
Es tan fuerte, que la fiesta siempre está. Incluso, si se hace el tour a Disney. “La cantidad de argentinas que hacen estos viajes siempre fue creciendo. Este año, van a ser alrededor de 3.000 las pasajeras”, cuenta Lily Miedvietzky, directora de FunTime. El paquete estándar arranca en 6.300 dólares. “Es considerablemente más barato que hacer una fiesta”, dice y
agrega que “un 30% de las chicas que viajan, también hacen una fiesta de
15 con su familia”. Para Somoza, el número es mucho mayor: “Hoy las chicas que hacen el viaje, después el 70% termina haciendo la fiesta. Hacen las dos cosas”. Parece que escapar del salón y la torta es casi una misión imposible. Así que los padres de niñas pueden ir preparándose. Y empezar a ahorrar.