Independiente buscó sin lucidez y detuvo su envión ganador en Mar del Plata
Por primera vez en el ciclo Holan no ganó de visitante. Aldosivi, sin ambición pero con mucho orden, le cerró los caminos y le hizo resignar dos puntos. La igualdad sin goles, de todos modos, deja a los de Avellaneda en zona de acceso a la Libertadores.
Será difícil alimentar el fuego de la ilusión de campeonato con partidos como el de anoche en Mar del Plata. Independiente no tuvo ideas para cazar a un Aldosivi que cuidó el punto como el oro. Así, quedó a siete del líder, Boca. De todos modo, el primer objetivo del Rojo sigue cerca: con el 0 a 0 le alcanzó para meterse momentáneamente en zona de clasificación a la Copa Libertadores, aunque deberá esperar lo que ocurra con Banfield y con Newell’s. El Tiburón, que la semana pasada le había ganado a San Lorenzo, hizo negocio de nuevo con Walter Perazzo y recolectó cuatro porotos ante dos grandes.
La duda -Nery Domínguez o Walter Erviti- que se presentaba en la previa no era la que tenía en la cabeza Ariel Holan. Escondió su verdadero dilema interno el DT del cuadro de Avellaneda y la sorpresa a la hora de confirmar la formación, minutos antes del pitazo inicial, sacó a la luz lo que mantuvo al entrenador en vilo: ¿guardar o exponer a Digo Rodríguez, que arrastra cuatro amarillas? Holan decidió no incluirlo finalmente (¿preservar a un futbolista titular para un partido posterior no es subestimar de alguna manera al rival de turno?) para poder tenerlo el próximo domingo ante Boca. Y el que entró no fue Erviti, sino Meza. Así, se rompió el doble cinco y Domínguez quedó como el volante tapón en un 4-3-3 elástico, que al momento del ataque rojo se transformaba en un 3-4-3 con Nery entre los centrales y la subida de ambos laterales por cada costado.
No funcionó de movida la idea de Holan en una helada tarde-noche marplatense que anduvo a la pesca de neumonías. Aldosivi fue un tiburón martillo en el Minella. Con ocho hombres de campo repartidos en dos hileras de cuatro separadas por unos pocos metros entre sí cerca del área de Matías Vega, propuso jugar a romper cualquier movida creativa visitante. Pero no fue mucho lo que le salió a Independiente, de todos modos. Le costó mucho resolver el conflicto que le planteó Walter Perazzo. Por el medio tuvo el acceso restringido. No hubo filtraciones. Y por las bandas, los pocos envíos que salieron carecieron de precisión. La única pelota
de buena dirección en el primer tiempo fue a los 3 minutos y casi termina adentro: el centro de Barco desde la izquierda fue cabeceado por Gigliotti y Vega se puso el traje de salvador.
No tendría más llegadas claras el Rojo. Era el propietario del balón, pe
ro no del partido. Sin factor sorpresa, todo le resultaba más beneficioso al local, que tuvo en Nahuel Yeri a su futbolista más atrevido de mitad de cancha hacia adelante. El ex Banfield se despachó con tres remates, dos desviados y uno que quedó en las manos de Campaña. Independiente también apeló a pegarle desde afuera al tener prohibida la entrada a terreno marplatense. Rigoni estiró su humanidad para evitar que la pelota saliera al saque de arco y su esfuerzo casi tiene recompensa. Martín Benítez dio el pase atrás y el disparo de Domínguez -bien en la marca y en la distribución- rozó el palo derecho de Vega.
Por un rato, Aldosivi se acordó que para mantener la categoría tiene que cosechar puntos y se adelantó unos metros. Miracco le hizo temblar el travesaño a Campaña con un cabezazo y puso pálido al Diablo Rojo. Tanto se asustó Independiente que movió el banco: adentro Erviti (salió Barco y se adelantó Benítez) para asociarse en el medio con Meza -ayer apagadoy tratar de enhebrar algún pase-gol. Tampoco tuvo éxito. El que estuvo ahí nomás nuevamente sobre el final fue Gigliotti, cuya mediavuelta rozó en Galván cuando era gol. Pero la noche fue tan fría que terminó bajo cero.