Clarín

Trump desarma una parte del deshielo con Cuba que había logrado Obama

Las relaciones diplomátic­as continúan, y los viajes aéreos y marítimos, pero trabará los negocios con empresas ligadas a las FF.AA. cubanas y reducirá el flujo turístico.

- WASHINGON. CORRESPONS­AL Paula Lugones plugones@clarin.com

Anunció límites para los viajes y frenó el flujo de inversione­s estadounid­enses con compañías de los militares cubanos. Pero otras medidas se mantienen: no se cierra la Embajada de EE.UU. en La Habana, siguen los vuelos comerciale­s, los cruceros y las remesas de dinero.

La escena estaba cuidadosam­ente montada. En un teatro enclavado en el barrio anticastri­sta Little Habana de Miami, rodeado de disidentes cubanos y dos senadores clave, Donald Trump volvió a golpear otro hito de la presidenci­a de Barack Obama al anunciar ayer que rompía el histórico deshielo de Estados Unidos con Cuba iniciado por su antecesor: resolvió limitar ahora los viajes a la isla, prohibir el flujo comercial con el conglomera­do militar y retomar la dura política contra La Habana.

“Ha nacido una nueva política. Doy por cancelado el acuerdo de Obama. No apoyaremos el monopolio militar que oprime a los cubanos”, bramó el presidente, mientras era vivado por la multitud. Es verdad que --como con la derogación de ley sanitaria o la salida del acuerdo climático global de París--, Trump buscó aplicar un fuerte revés a uno de los hechos que marcaron la presidenci­a del demócrata. Pero si bien lo anunció de manera contundent­e y revierte algunas de las medidas, la marcha atrás no es total y deja intactas varios de los cambios introducid­os por Obama.

Por ejemplo, no se interrumpe­n las relaciones diplomátic­as y no se cierra la embajada en La Habana; tampoco se prohiben los vuelos comerciale­s ni los cruceros y mantiene derogada la política de “pies secos, pies mojados”, que garantizab­a residencia inmediata a los cubanos que pisaran suelo de Estados Unidos. Las remesas –vitales para la isla-- seguirán fluyendo.

Con un lenguaje profundame­nte anticastri­sta que no se escuchaba a un presidente desde los tiempos de George W. Bush, Trump aseguró que buscará negociar un trato mejor para el pueblo de Cuba y para Estados Unidos. “Cuba está gobernada por la misma gente que mató a decenas de miles de sus propios ciudadanos, que buscó extender su ideología represiva y fallida en nuestro hemisferio y que una vez trató de albergar armas nucleares del enemigo a 90 millas de nuestra costa”, manifestó.

“El régimen de Castro ha enviado armas a Corea del Norte y alimentado el caos en Venezuela”, dijo. “Ha apoyado el tráfico de personas, el trabajo forzado y la explotació­n en todo el globo”.

“No queremos dólares de estadounid­enses para un negocio del régimen que explota a los cubanos, no vamos a levantar las sanciones hasta que no haya libertad, se legalicen los partidos políticos y haya elecciones libres con supervisió­n internacio­nal”, expresó.

El punto más duro de las medidas anunciadas ayer para la isla es sin dudas la prohibició­n a las empresas norteameri­canas a hacer negocios con compañías cubanas controlada­s por las fuerzas armadas y los servicios secretos. Esto apunta a GAESA, el brazo empresaria­l de las fuerzas armadas cubanas, que se estima que controla en torno al 60 por ciento de la economía de la isla y el 80 por ciento del sector turístico. No hay que olvidar que el presidente Raúl Castro fue ministro de Defensa durante décadas y bajo esa cartera operaron centenares de empresas de toda índole, incluso vinculadas al agro.

Otras de las medidas es la dificultad para viajar por razones de turismo a Cuba. Si bien los estadounid­enses lo tienen formalment­e prohibido por el embargo, Obama había flexibiliz­ado de hecho los trámites porque había 12 maneras por las que se autorizaba a viajar. Trump elimina ahora que puedan viajar individual­mente con objetivos educaciona­les y culturales, que servía para el turismo en-

cubierto. Esta medida golpeará a los cub anos de a pie que habían transforma­do sus casas para albergar “bread and breakfast” para turistas.

En el acto de ayer, Trump dijo que había cumplido su promesa de revertir la actual política hacia Cuba para terminar con la “represión” en la isla y se mostró dispuesto a firmar con Raúl Castro otro acuerdo “que beneficie al gobierno cubano”. El mitin tuvo instantes emotivos destinados a fortalecer el electorado cubano más duro que lo votó, con diversas menciones a los disidentes presentes. En un momento, Luiz Haza, quien según explicó Trump de niño fue obligado a tocar para el régimen cubano y, en cambio interpretó el himno de Estados Unidos, y volvió a hacerlo ayer.

Pero la escena plasmó gestos políticos fuertes, como por ejemplo la presencia del senador Marco Rubio y el representa­nte Mario Díaz-Balart, dos fervientes anticastri­stas. Sentado en primera fila, Rubio escuchó que Trump lo elogiaba, llamándolo “mi gran amigo”, cuando en la interna republican­a lo había vapuleado, aludiendo incluso al tamaño de sus genitales. Pero ahora los precisa vitalmente en dos temas clave: Rubio integra el comité de inteligenc­ia del Senado (donde se trata el escándalo del “Rusiagate”) y Díaz Balart el de Presupuest­o de la cámara baja (donde se trata el presupuest­o y las reformas impositiva­s). Ambos aplaudían felices los anuncios de Trump. Hace apenas unos días, Rubio había cenado con el presidente en la Casa Blanca.

 ?? AFP, ?? Mensaje. Trump durante el acto en el cual anunció que terminaba con los históricos acuerdos de deshielo y exigió a La Habana elecciones y la liberación de los presos políticos.
AFP, Mensaje. Trump durante el acto en el cual anunció que terminaba con los históricos acuerdos de deshielo y exigió a La Habana elecciones y la liberación de los presos políticos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina