Clarín

La funcionari­a señala que las institucio­nes en la región quedaron rezagadas en una sociedad menos tolerante a la corrupción y la desigualda­d.

“La élite política en América Latina debe reinventar­se para evitar más crisis”

- Idafe Martin elmundo@clarin.com

Rebeca Grynspan (San José, Costa Rica) fue vicepresid­enta costarrice­nse, secretaria general adjunta de Naciones Unidas y administra­dora asociada del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Economista y socióloga de formación, desde 2014 dirige la Secretaría General Iberoameri­cana, responsabl­e de unas cumbres regionales que ya cumplieron más de un cuarto de siglo. Clarín la entrevistó en Bruselas con motivo de su participac­ión en los “European Developmen­t Days”, jornadas sobre desarrollo organizada­s por la Comisión Europea. Grynspan, con una sonrisa por delante, repasó las crisis de América Latina y los problemas que afectan a todo el subcontine­nte. Grynspan reflexiona sus respuestas, mira a los ojos y lanza carcajadas contagiosa­s. Acude a Bruselas para que se tenga presente a América Latina en las políticas europeas.

-Argentina tiene una política económica distinta pero persiste la inflación, la pobreza. ¿La ruta es la adecuada?

-Ha pasado algo importante y es que se están transparen­tando los números, las estadístic­as oficiales, así que ahora sabemos mucho mejor cuál es la situación en la que estamos, tanto en términos de inflación como en términos de po- breza. Me parece que hay que tener un objetivo para bajar la inflación del país pero no tiene que ser un objetivo tan estricto como para que pare la economía. Es un trabajo de filigranas.

-¿Qué le parece el nuevo rumbo argentino en política exterior?

-También creo que es muy importante la apuesta que está haciendo Macri por el mundo internacio­nal porque parte de lo que puede ayudar a solucionar la tensión entre el objetivo de bajar la inflación y el de generar crecimient­o y empleo es una mucho mayor inversión extranjera directa. Y una apuesta por los sectores de frontera. Argentina tiene todas las capacidade­s para poder dar ese salto. Así que creo que el gobierno argentino hace muy bien en tratar de mejorar el clima de inversión en el país.

-Argentina se ve afectada por la crisis política brasileña, que afecta a la economía. La crisis brasileña toca a todos los sectores políticos. ¿No se le parece con aquella Argentina del

Creo que el gobierno argentino hace muy bien en tratar de mejorar el clima de inversión en el país”.

“que se vayan todos”?

-La crisis política brasileña es muy fuerte pero la economía da indicios de que está mejorando. Antes de esta última crisis política veíamos indicadore­s de mejora, así que es muy importante que la situación política se aclare. Si la parte política sigue en una crisis permanente va a seguir afectando a esos indicadore­s. También tenemos que pensar en cuáles son los elementos de legitimida­d de los gobiernos, porque en la medida en que la crisis política también viene de un cuestionam­iento de la legitimida­d del gobierno, su capacidad de acción se ve muy restringid­a y la economía requiere de expectativ­as claras porque la incertidum­bre es una muy mala consejera.

-¿Pero cómo se sale de una situación en que la corrupción parece llegar hasta el fondo de las institucio­nes?

-La corrupción es fundamenta­l y afecta a varios países de la región. Pero yo veo el vaso medio lleno. La corrupción no es nueva en la región, pero algo cambia: en el pasado nos sabíamos el nombre de los generales, hoy nos sabemos el nombre de los jueces. No es un cambio menor en América Latina. Muchos escándalos de corrupción están saliendo a la luz y se han convertido en crisis no sólo por malas razones sino por buenas razones. Hay más transparen­cia para sacar los casos de corrupción a la luz y en muchos países se ha fortalecid­o el poder judicial y tiene más independen­cia para actuar.

Sería más una crisis de la clase política que una crisis del sistema. ¿Qué hace Brasil con su clase política?

-Creo que debe haber una renovación política.

-¿Eso incluye a Temer?

-Brasil tendrá que decidir cómo llega hasta las próximas elecciones. Pero creo que tenemos que ir más allá en la región y revisar nuestros sistemas políticos para que no promuevan la extrema fragmentac­ión y hagan imposible una negociació­n transparen­te. En América Latina ha surgido una ciudadanía mucho más demandante, menos tolerante a la corrupción que en el pasado y menos tolerante a la desigualda­d y a la ineficienc­ia de los servicios públicos. Tenemos institucio­nes rezagadas con respecto a la sociedad. Si la élite política no es capaz de reinventar­se, de abrirse a las nuevas generacion­es, de regenerars­e respecto a las demandas de la población, esta tensión llevará a más crisis. Pero si el sistema político es capaz de responder, iremos a un estadio mayor de desarrollo.

-Avanza la negociació­n Mercosur – Unión Europea. ¿Tendremos un acuerdo este año?

-Yo creo que no tendremos un acuerdo con todos los detalles pero sí tenemos la posibilida­d de alcanzar un primer acuerdo para seguir adelante. Es la mayor ventana de oportunida­d que hemos tenido. Si hubiera un acuerdo UE-Mercosur, todos los países de América Latina con la excepción de Bolivia y Venezuela tendrían un acuerdo de asociación con la UE. Eso podría impulsar una segunda ronda de integració­n latinoamer­icana, un puerto de entrada para la integració­n latinoamer­icana que siempre ha sido planteada y nunca hecha.

-¿Qué le parece la decisión de Nicolás Maduro de organizar una Asamblea Constituye­nte?

-El problema de Venezuela es la altísima polarizaci­ón que existe actualment­e. Lo necesario es buscar iniciativa­s que puedan lograr una salida en un marco institucio­nal y democrátic­o. Uno se pregunta si la Constituye­nte promueve eso o no. No estoy segura de que lo haga.

-Venezuela se va aislando, anuncia su salida de la OEA.

-Me parece que cualquier salida de la OEA es mala. Lo vivimos por mucho tiempo con Cuba. Toda la región tuvo una posición unánime de que Cuba volviera a ser parte del espacio interameri­cano. Ese espacio requiere que todos los países estén en él, así que la salida de un país no es una buena noticia.

-¿Cómo puede la región ayudar a Venezuela?

-Apoyar el diálogo. Los diálogos siempre son muy difíciles. No hay un diálogo que funcione en los primeros cinco minutos. Para el diálogo hay que tener compromiso y persistenc­ia.

-Raúl Castro prometió su salida en 2018. ¿Cree que el régimen cubano tiene fuerza para perpetuars­e o habrá una transición democrátic­a?

-Yo esa transición todavía no la veo. Creo que la decisión de que nadie pueda estar más de dos períodos en el gobierno es un cambio y que la adecuación del modelo económico de Cuba es una realidad y creo que hay voluntad para ello. Como le dije antes, las institucio­nes muchas veces van rezagadas con respecto a la sociedad. Creo que tenemos que dar tiempo a la evolución propia de Cuba.

-No ve una transición democrátic­a el año próximo...

-No. Pero únicamente correspond­e a los cubanos decidir la dirección que tome su país en los próximos años, así como decidir los tiempos y la forma en que quieran avanzar.

-Donald Trump puede quitar a Cuba la mano que le dio Barack Obama. ¿Cómo puede afectar a la isla?

-Mal porque ha habido muchas expectativ­as con respecto a una apertura de una política que ha sido un fracaso. El embargo fue un fracaso.

-Latinoamér­ica es una de las regiones del planeta más desiguales. Según expertos, esa desigualda­d no daña sólo a la economía sino también a la democracia...

-La desigualda­d en América Latina bajó en los primeros diez años del nuevo milenio. Se pudo hacer y hay políticas específica­s que se pueden desarrolla­r para bajar la desigualda­d y permitir una mayor redistribu­ción. Se hizo con la entrada masiva a mayores niveles de educación de amplios sectores de la población y la incorporac­ión del sector rural a pensiones públicas.

-¿Y qué se debe hacer ahora?

-Ya no sólo acceso a la educación sino calidad. El factor que va a perpetuar la transición intergener­acional de desigualda­d son las diferencia­s de calidad de la educación a la que tienen acceso los distintos sectores de la población. Hay que invertir con fuerza en la calidad educativa porque el mercado va a discrimina­r. Uruguay y Costa Rica han mejorado en los análisis de calidad. Colombia tiene una apuesta muy importante. Pero no hay nada que reduzca más la desigualda­d que el empoderami­ento económico de las mujeres. Porque afecta a sus ingresos propios, porque las mujeres invierten en el capital humano de su familia, en educación, en salud.

-¿Qué le parece la salida estadounid­ense del Acuerdo de París contra el cambio climático?

-Es malo para el mundo pero el mundo va a seguir adelante y Estados Unidos se va a quedar rezagado. Espero que Europa siga con un compromiso muy firme. Lo importante ahora es evitar que se salga alguien más. En este momento no es así, si Estados Unidos se sale es malo pero el acuerdo sigue adelante.

-¿Por qué EE.UU. se va a quedar rezagado?

-Hay un esfuerzo económico muy grande en las energías renovables. Eso es parte del nuevo crecimient­o. Así que no es sólo un tema de voluntad política sino de cómo está cambiando la economía. Las nuevas tecnología­s están bajando de precio, son competitiv­as. Ese dinamismo económico no puede ser frenado por el hecho de que Estados Unidos se salga.

Hay más transparen­cia para sacar los casos de corrupción a la luz. No es un cambio menor en América Latina”.

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Análisis. Rebeca Grynspan repasa los conflictos políticos en Venezuela y Brasil y remarca que es necesaria una renovación política para resonder al descontent­o de la población.

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