Clarín

Michel Temer

Presidente de Brasil

- Elonora Gosman egosman@clarin.com

Derrota inesperada

Acosado por las denuncias en el Lava Jato, ahora perdió donde esperaba mayor apoyo: el Senado. Le rechazaron en comisión su proyecto de reforma de la legislació­n del trabajo. Siguen los problemas.

Acosado por denuncias desde hace un mes, que atrajeron sobre él nubes tormentosa­s, el presidente Michel Temer sufrió una derrota inesperada precisamen­te en ese lugar que él considerab­a su indiscutib­le punto fuerte: el Senado. En un resultado inesperado, la Comisión de Asuntos Sociales rechazó el proyecto de ley de reforma de la legislació­n del trabajo. El margen fue pequeño: 10 votos contra la “modernizac­ión” de las normas laborales a 9 a favor. Pero visto desde el ángulo político la diferencia resultó “inmensa” y de consecuenc­ias difíci-

les de calcular.

Con el presidente de gira por Rusia, donde participar­á este miércoles en la cumbre de los Brics, la potencia del golpe se multiplica. Más aun si se tiene en cuenta que la noche del lunes trascendió el informe, negativo para el jefe de Estado, de la Policía Federal brasileña que investiga actos suyos de corrupción. Partes de ese dossier, presentado a la Corte Suprema sugieren que hubo evidencias de “corrup

ción pasiva” en el caso del diálogo de Temer con el empresario Joesley Batista, el 7 de marzo último en los sótanos de su residencia oficial.

Por eso en la comisión del Senado hubo conmemorac­ión opositora. Se escucharon gritos entusiasma­dos: “Fuera Temer!” y luego una entonación emocionada del himno nacional. En la Bolsa de San Pablo el ambiente era inverso: el nivel de las operacione­s y los precios de las acciones principale­s comenzaron a caer y no volvieron a recuperars­e. Y como es recurrente en estos casos, el dólar volvió a subir. El presidente, que se aprestaba a asistir a una función del célebre ballet del Bolshoi, mostró un rostro sonriente como si nada hubiera pasado en Brasilia. “La votación en el Congreso siempre es así. Primero pasa en una comisión y luego pierde en otra. Lo que importa es qué ocurrirá en el Plenario del Senado y ahí vamos a ganar”, pronosticó. Para el je- fe de Estado, la votación negativa en la Comisión de Asuntos Sociales fue “apenas un inconvenie­nte”.

Es cierto que el texto de la reforma continuará ahora hacia otra comisión, la de Constituci­ón y Justicia. Y que el trámite se verá favorecido en este caso por el hecho de que la preside el senador Romero Jucá, íntimo de Temer. Para ese parlamenta­rio, que tuvo que dejar un ministerio clave del gobierno temerista por cuenta de denuncias de obstrucció­n de la justicia, “solo se trató de algunos legislador­es que en forma individual decidieron cambiar de posición”.

Como la aprobación de esas leyes laborales es considerad­a por Temer como la clave para garantizar su superviven­cia en el Palacio del Planalto, no evalúan al menos públicamen­te una posibilida­d de nuevo fracaso. “El juego está uno a uno. Vamos a aprobar la reforma porque es lo mejor para Brasil”, sostuvo enfático Jucá. No fue de la misma opinión el senador Ricardo Ferraco, del Partido Socialdemó­crata de Brasil (PSDB) que por ahora permanece en el gobierno. Juzgó que “la aprobación por el plenario del Senado dependerá de la capacidad de movilizaci­ón de los senadores (del oficialism­o)”. Desde otro ángulo Renan Calheiros, titular del bloque del Partido del Movimiento Democrátic­o de Brasil (PMDB) hoy eje del gobierno, juzgó que “las reformas continúan dividiendo al país. Es pre- ciso hacerlas pero de forma consensual con todos los sectores involucrad­os. Así como está significa precarizar y eso no le hace bien a Brasil”.

El líder del bloque minoritari­o, Humber Costa (del PT), se sorprendió con el resultado, especialme­nte por el cambio de rumbo que tomaron dos parlamenta­rios: el “tucano” Eduardo Amorim y el senador Helio José del PMDB. “Nos dejó estupefact­os (el fracaso) porque el gobierno alardeaba de su victoria. Pero vimos senadores que estaban muy incómodos. Fue la mayor derrota del gobierno Temer hasta hoy”. Para él “es un preanuncio de la inviabilid­ad” del actual presidente. “Ellos justificab­an que algunos sectores tenían que apoyar a Temer por las reformas. Y ahora, ese rechazo apresura el fin del gobierno, la renuncia del presidente y la discusión de cómo seguir”.

El informe policial, elevado al Supremo Tribunal Federal, no ayuda al jefe de Estado a remontar el vejamen propinado por la comisión del Senado. El presidente había dicho que no iría a comentar el primer laudo policial que indica la existencia de corrupción. “Vamos a esperar. Eso es un juicio jurídico y no político”, declaró al salir de un encuentro con empresario­s e inversores rusos. A ellos les dijo que las denuncias son “hechos insignific­antes y despreciab­les”. Para los investigad­ores, Temer y su ex asesor Rodrigo Rocha Loures, que fue pescado con una valija con 160.000 dólares en coimas, incurriero­n en el delito de corrupción pasiva.

La aprobación de las leyes laborales es considerad­a clave por el gobierno de Temer.

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