El Gobierno canceló los cortes de gas para la industria en los días fríos
Se programan tareas, cambian el suministro tres veces por día y se avisa con antelación que sucederá.
Durante más de una década, los días de frío fueron sinónimo de cortes de gas. Para la industria, el inconveniente se convirtió casi en crónico. Por eso, fue llamativo lo que pasó el lunes pasado (antes de ayer): aunque fue el día más frío del año, ninguna fábrica grande tuvo que bajar la palanca. Algo que debiera ser normal se convirtió en un hecho excepcional.
El país importa un 30% del gas que necesita en el invierno, por la pérdida de autoabastecimiento que generó el kirchnerismo, que desalentó las inversiones en el sector. Para administrar las escasez de ese recurso, el Gobierno trazó un plan conjunto con las
gasíferas, los grandes consumidores (como las industrias), el ente regula
dor (Enargas) y Enarsa, que maneja los barcos en los que se importa gas.
Cada semana, el Gobierno proyecta el consumo de gas que puede haber día a día en función de la temperatura. A su vez, asigna un posible cupo de consumo a cada sector, con prioridad para residencial. A diferencia del kirchnerismo, que manejaba esas cuotas por llamados telefónicos y notas a las transportistas de gas (TGS), el Enargas ahora publica toda la información “on line”. En la página web del organismo puede verse la previsión de demanda de gas de cada categoría, día a día.
Los cortes se evitaron porque hubo planificación y un mejor uso del combustible por parte de los generadores eléctricos, para “quemar” menos gas, según sostienen expertos. Desde la industria deslizaron que el contexto recesivo (o de crecimiento muy pálido) también contribuyó.
Enarsa, desde el buque regasificador que transforma gas líquido para inyectarlo en el sistema en Escobar, modifica el suministro dos o tres veces por día de acuerdo con los picos de demanda horarios. A la mañana, “bombea” una mayor cantidad de gas que al mediodía. Luego, vuelve a subir lo que manda a gasoductos hacia la tarde/noche, cuando las familias retornan a sus casas. El otro puerto que recibe gas importado está en Bahía Blanca. El país importa, además, desde Chile, a través de gasoductos que antes se usaban para exportar.