Un patrimonio de la humanidad
A diferencia del tango, que se pasea majestuoso por el mundo en representación de la cultura argentina y que ya obtuvo en 2009 el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el chamamé quedó confinado a la región mesopotámica y se identifica con un fenómeno local, característico de la región litoraleña (sobre todo, la provincia de Corrientes, aunque también Chaco, norte de Santa Fe, norte de Entre Ríos, sur de Misiones y parte del este de Formosa).
Ahora, el Estado Nacional impulsa una cruzada para darle visibilidad mundial. Ya reconocido como un bien cultural de la región -en 2009, el chamamé fue declarado Patrimonio Cultural de la Argentina y este mes fue declarado Patrimonio Cultural del Mercosur-, el género aspira a ganarse el reconocimiento mundial. El trabajo conjunto del Sistema de Medios y Contenidos Públicos, el Ministerio de Cultura de la Nación y el gobierno de Corrientes, a través del Instituto de Cultura de esa provincia que preside Gabriel Romero, permitirá que se concrete la postulación formal. Con ese propósito viajaron a París el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Nación, Hérnán Lombardi; el gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua; y Romero, entre otros.
“Esperamos que se generen políticas públicas a largo plazo, que el chamamé se vea reflejado en los programas educativos y también en los medios públicos, porque ha sufrido una histórica discriminación”, señaló Romero a
Clarín. “El chamamé fue despreciado incluso en la última edición de los premios Gardel, que emitió un espectáculo grabado en un teatro diferente al escenario central y en diferido. Esto revela menosprecio por el género.”
Ahora el organismo internacional analizará la propuesta. Lo que viene es el informe de la Comisión técnica de la Unesco el 30 de junio, el envío de los ajustes a la postulación el 30 de septiembre y, de resultar positivos estos pasos, la derivación a la comisión evaluadora de Unesco.